A continuación les expongo brevemente el problema que tengo con el centro de formación ocupacional Global System, con sede central en Valladolid.
Hace un año y seis meses, en septiembre del 2009, me inscribí en el curso de Preparador Físico y Nutricionista, impartido por el citado centro de formación. Tras la conclusión de la parte teórica, me dispuse a iniciar la correspondiente parte práctica, de mes y medio de duración. Me comunicaron que tardaría unas dos semanas en iniciarla, es decir, en proporcionarme un gimnasio para el desarrollo de todo lo concerniente con esa parte del curso. Primer problema. Tardaron cuatro meses en hacer tal cosa.
Segundo problema. Tras, por fin, notificarme a qué gimnasio tendría que ir, una vez en él, la dueña del mismo, (gimnasio Nantai en calle Los Urquiza, Pueblo Nuevo), ante mi escasa pericia para el óptimo desarrollo de las directrices que ella me mandaba, me interrogó por este hecho. Yo le dije que en el curso, en su parte teórica, no había recibido ningún tipo de formación para el correcto desempeño de tales pautas, (explicación a los clientes del gimnasio sobre el funcionamiento de las máquinas de ejercicios, por ejemplo). Ella me indicó que tenía a otro alumno, también enviado por Global System a este mismo gimnasio, solo que aquel acudía por la mañana, que se encontraba en la misma situación que yo.
Tercer problema. Puesto que no podía continuar en aquel gimnasio, el Departamento de prácticas de Global System, tras otros cuatro meses más de espera, me asignó otro. Durante el tiempo en el que me buscaban uno nuevo, y ya que los de este centro de formación no me aportaban ningún tipo de solución al problema que tenía, me inscribí, a coste mío, 60 euros al mes, en un gimnasio de mi elección para que durante los meses que estuviera allí, Junio, Julio y Agosto del pasado año, pudiera recibir algún tipo de formación para obtener los suficientes conocimientos prácticos con el objetivo de que, cuando fuera a ese nuevo gimnasio a desarrollar las prácticas, pudiera por lo menos manejarme con un poco de más soltura que la vez anterior.
Cuarto problema. El nuevo gimnasio al que me mandaron se encontraba en Alcorcón, (gimnasio Virgin Active, centro comercial TresAguas). Yo vivo en Moratalaz, y no dispongo de vehículo propio, por lo que tenía que desplazarme hasta esa localidad en metro y bus, también a coste mío. Ni que decir tiene que en Madrid capital hay suficientes gimnasios como para que no me tengan que mandar tan lejos. En este punto he de hacer constar que la gente de Global System, su departamento de prácticas, supongo que como norma establecida en su forma de trabajar, buscan los lugares para el desarrollo de las prácticas desde Valladolid. Continuando, les indiqué, no obstante, y con el objetivo de facilitarles la labor, que no me importaba desplazarme fuera de Madrid capital en el caso de que, como así fue, no me encontraran uno más cercano, enumerándoles las localidades a las que no tendría inconveniente de ir, (Alcobendas y Las Rozas, lugares que conozco y a los cuales no me hubiese importado trasladarme).
Quinto problema. Tras asistir al citado gimnasio durante cuatro días de la primera semana, me anularon las prácticas por una injustificada ausencia por mi parte acontecida el viernes de esa misma semana. Error que cometí y que todavía hoy sigo pagando. Pese a que les insistí en el reconocimiento de mi culpa en ese caso y aunque reiteradamente defendiera mi compromiso de no faltar ningún día más, no hubo vuelta atrás con la decisión derogatoria. Este hecho ocurrió en Octubre del año pasado.
Sexto problema. Unas semanas después me dijeron, ante la imposibilidad, deduzco, que tenían para encontrarme un nuevo gimnasio, que me lo buscara yo mismo. Algo chocante que delata bastante a las claras el poco compromiso y respeto que conservaban por mis asuntos, pues se supone que yo les he pagado para que se encarguen de esa labor y no para que yo les haga su trabajo. Tras hacerles caso, pues que otra cosa podría hacer, me puse en contacto con el gerente del gimnasio en donde estuve esos tres meses de verano aprendiendo por mi cuenta para pedirle si hubiera la posibilidad de hacer en ese mismo Gym las susodichas prácticas. Pero el gerente no pudo ayudarme en ese tema.
Desde ese momento y hasta ahora, les he estado pidiendo a la gente de Global System, por medio de reiterados emails, llamadas y cartas tanto a su sede central en Valladolid como a su sucursal madrileña en calle Sagasta, que me comunicaran qué tipo de decisión habían tomado con respecto a mi caso. O continuar con el desarrollo del curso o la definitiva rescisión del contrato y la correspondiente devolución del dinero invertido en él, ascendiendo a casi 2.000 euros, haciéndoles constatar que cualquiera de las dos opciones me sirve. Pero pasados cinco meses, sigo esperando contestación. Me dicen una y otra vez que espere una carta que nunca llega.
Hace un año y seis meses, en septiembre del 2009, me inscribí en el curso de Preparador Físico y Nutricionista, impartido por el citado centro de formación. Tras la conclusión de la parte teórica, me dispuse a iniciar la correspondiente parte práctica, de mes y medio de duración. Me comunicaron que tardaría unas dos semanas en iniciarla, es decir, en proporcionarme un gimnasio para el desarrollo de todo lo concerniente con esa parte del curso. Primer problema. Tardaron cuatro meses en hacer tal cosa.
Segundo problema. Tras, por fin, notificarme a qué gimnasio tendría que ir, una vez en él, la dueña del mismo, (gimnasio Nantai en calle Los Urquiza, Pueblo Nuevo), ante mi escasa pericia para el óptimo desarrollo de las directrices que ella me mandaba, me interrogó por este hecho. Yo le dije que en el curso, en su parte teórica, no había recibido ningún tipo de formación para el correcto desempeño de tales pautas, (explicación a los clientes del gimnasio sobre el funcionamiento de las máquinas de ejercicios, por ejemplo). Ella me indicó que tenía a otro alumno, también enviado por Global System a este mismo gimnasio, solo que aquel acudía por la mañana, que se encontraba en la misma situación que yo.
Tercer problema. Puesto que no podía continuar en aquel gimnasio, el Departamento de prácticas de Global System, tras otros cuatro meses más de espera, me asignó otro. Durante el tiempo en el que me buscaban uno nuevo, y ya que los de este centro de formación no me aportaban ningún tipo de solución al problema que tenía, me inscribí, a coste mío, 60 euros al mes, en un gimnasio de mi elección para que durante los meses que estuviera allí, Junio, Julio y Agosto del pasado año, pudiera recibir algún tipo de formación para obtener los suficientes conocimientos prácticos con el objetivo de que, cuando fuera a ese nuevo gimnasio a desarrollar las prácticas, pudiera por lo menos manejarme con un poco de más soltura que la vez anterior.
Cuarto problema. El nuevo gimnasio al que me mandaron se encontraba en Alcorcón, (gimnasio Virgin Active, centro comercial TresAguas). Yo vivo en Moratalaz, y no dispongo de vehículo propio, por lo que tenía que desplazarme hasta esa localidad en metro y bus, también a coste mío. Ni que decir tiene que en Madrid capital hay suficientes gimnasios como para que no me tengan que mandar tan lejos. En este punto he de hacer constar que la gente de Global System, su departamento de prácticas, supongo que como norma establecida en su forma de trabajar, buscan los lugares para el desarrollo de las prácticas desde Valladolid. Continuando, les indiqué, no obstante, y con el objetivo de facilitarles la labor, que no me importaba desplazarme fuera de Madrid capital en el caso de que, como así fue, no me encontraran uno más cercano, enumerándoles las localidades a las que no tendría inconveniente de ir, (Alcobendas y Las Rozas, lugares que conozco y a los cuales no me hubiese importado trasladarme).
Quinto problema. Tras asistir al citado gimnasio durante cuatro días de la primera semana, me anularon las prácticas por una injustificada ausencia por mi parte acontecida el viernes de esa misma semana. Error que cometí y que todavía hoy sigo pagando. Pese a que les insistí en el reconocimiento de mi culpa en ese caso y aunque reiteradamente defendiera mi compromiso de no faltar ningún día más, no hubo vuelta atrás con la decisión derogatoria. Este hecho ocurrió en Octubre del año pasado.
Sexto problema. Unas semanas después me dijeron, ante la imposibilidad, deduzco, que tenían para encontrarme un nuevo gimnasio, que me lo buscara yo mismo. Algo chocante que delata bastante a las claras el poco compromiso y respeto que conservaban por mis asuntos, pues se supone que yo les he pagado para que se encarguen de esa labor y no para que yo les haga su trabajo. Tras hacerles caso, pues que otra cosa podría hacer, me puse en contacto con el gerente del gimnasio en donde estuve esos tres meses de verano aprendiendo por mi cuenta para pedirle si hubiera la posibilidad de hacer en ese mismo Gym las susodichas prácticas. Pero el gerente no pudo ayudarme en ese tema.
Desde ese momento y hasta ahora, les he estado pidiendo a la gente de Global System, por medio de reiterados emails, llamadas y cartas tanto a su sede central en Valladolid como a su sucursal madrileña en calle Sagasta, que me comunicaran qué tipo de decisión habían tomado con respecto a mi caso. O continuar con el desarrollo del curso o la definitiva rescisión del contrato y la correspondiente devolución del dinero invertido en él, ascendiendo a casi 2.000 euros, haciéndoles constatar que cualquiera de las dos opciones me sirve. Pero pasados cinco meses, sigo esperando contestación. Me dicen una y otra vez que espere una carta que nunca llega.