Hola! Ya que esta es una web para quejarse sobre empresas y ponerles puntos negros, se me ha ocurrido comentar algo sobre el Restaurante "El Rey de la Gamba" situado en el Paseo Marítimo del Puerto Olímpico de Barcelona, que me sucedió un día de verano de hace dos o tres años. Estaba por allí y era la hora de comer, por lo que me acerqué a la terraza y un camarero con acento andaluz me preguntó si iba a comer y me invitó a sentarme. La buena oferta de pescados y paellas y los precios asequibles del menú me animaron a sentarme allí. Me quedé flipada cuando al cabo de unos cinco minutos llegó otro camarero -un hombre de color- y se me acercó en plan vacilón hablándome en inglés para decirme que la cocina ya estaba cerrada y que ya no daban de comer, algo que era falso, una broma de mal gusto, ya que eran las dos y cuarto de la tarde y a esa hora un restaurante está abierto, y más aun en día laboral (un miércoles de Julio). La prueba de que era una mentira para sacarme de allí, es que yo ví que llegaban clientes y una camarera les atendía y les servían comida. El restaurante no estaba muy lleno y estaba claramente en hora de servicio.
Además el servicio era de patio de colegio, me acerqué a la camarera -una chica un poco gorda-, le pregunté si me iban a dar de comer, y ella me contestó de forma grosera y con bordería "yo que sé, a mi no me rayes" mientras se apartaba, como mandándome a la mierda. Yo estaba desconcertada, no entendía que pasaba allí, pero estaban excluyéndome del servicio sin motivo alguno. El único derecho de admisión que tiene un restaurante, discoteca, etc., tiene que estar justificado y además basado en una norma escrita del local. Por ejemplo, un garito puede no admitir de forma legítima a los que van en zapatillas si hay una norma del local que disponga que no se permite entrar con zapatillas. Ese Restaurante no tiene ninguna norma de admisión que yo incumpliera. Tenía que haber denunciado a ese Restaurante, tanto por negarse a darme de comer -servicio por el que pago como cualquier otra persona- como por el trato grosero que sufrí. Por todas aquellas vejaciones.
Cada vez está todo peor, y una ya no sabe cuando va a encontrarse con gilipollas de ese calibre y con vejaciones.