A
Anónimo
Invitado
Si te compras un Mitsubishi y además vives en Bizkaia, reza para no tener ni un solo golpe en tu coche. El 1 de octubre entró mi vehículo en el taller de AGAL MOTOR, siendo revisado por el perito el día 2 de octubre para dar su conformidad.
Hasta finales de mes no fue “tocado” mi coche y a fecha de hoy 8 de noviembre, lo único que he recibido es una llamada del taller para decirme que falta una pieza que no llegará hasta el día 19 de noviembre, sin mencionar el tiempo añadido de montarla y pintar. De modo que para cuando me entreguen mi vehículo, y si no ha habido ningún otro contratiempo, habrán pasado DOS MESES. Además de todos estos inconvenientes, este mismo taller me cobró por un cambio de pastillas de freno para un coche pequeño (ColT) 166€, algo claramente abusivo.
En cualquier carrocería local que no pertenece a una marca oficial, te ofrecen un coche de cortesía y el plazo de reparación es de tan sólo unos días. Para AGAL MOTOR no es así. Además he intentado hablar en tres ocasiones con su gerente pero ha sido imposible pues no se digna a ponerse al teléfono y dar la cara ante sus clientes, con lo que demuestra un desprecio total hacia ellos.
Hasta finales de mes no fue “tocado” mi coche y a fecha de hoy 8 de noviembre, lo único que he recibido es una llamada del taller para decirme que falta una pieza que no llegará hasta el día 19 de noviembre, sin mencionar el tiempo añadido de montarla y pintar. De modo que para cuando me entreguen mi vehículo, y si no ha habido ningún otro contratiempo, habrán pasado DOS MESES. Además de todos estos inconvenientes, este mismo taller me cobró por un cambio de pastillas de freno para un coche pequeño (ColT) 166€, algo claramente abusivo.
En cualquier carrocería local que no pertenece a una marca oficial, te ofrecen un coche de cortesía y el plazo de reparación es de tan sólo unos días. Para AGAL MOTOR no es así. Además he intentado hablar en tres ocasiones con su gerente pero ha sido imposible pues no se digna a ponerse al teléfono y dar la cara ante sus clientes, con lo que demuestra un desprecio total hacia ellos.