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EN semana Santa poca gente, entramos, y unos simios Dominicanos sin mediar palabra le revientan un vaso en la cabeza a uno que al parecer le rozo al pasar a su lado. Otro se acerca para auxiliar a su amigo que estaba en el suelo sangrando con una brecha en la cabeza, y le llovieron patadas puñetazos de este grupo de Dominicanos salidos del zoo,  casi lo dejan inconsciente. Los puertas de la disco ni caso. Les daba igual. Como había poca afluencia parece que los matones dominicanos habían pagado un privado, y claro. Yo solo espero que además de denunciar a los simios dominicanos, también denuncien a la discoteca, pues son unos abusivos prepotentes cuando quieren y unos impresentables pasivos cuando hay que salir en defensa de clientes civilizados por interés de unas monedas. Así se van a ir cargando la fama de esta disco, insegura y cada vez más cutre.