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Las revistas, los blogs… siempre nos dicen qué ponernos, qué decir, etc. para impresionar a la gente. Sin embargo, para ser feliz con alguien no es necesario. Es muy importante ser nosotros mismos y sentirnos fieles a nosotros mismos en lugar de esforzarnos por impresionar y preocuparnos demasiado por lo que piensan los demás. Cuando te encuentres a una persona así, no la dejes escapar.
A continuación te mostramos las señales de que vas a salir con alguien a quien no tienes que impresionar lo mas mínimo.
1. No te importa revelar tus defectos ni tus complejos
Tal vez eres un poco patoso o tienes determinados complejos que intentas disimular pero que sin embargo con esa otra persona los olvidas porque te das cuenta que no tienen verdaderamente importancia. Tal vez para ti, preparar una cena romántica es una odisea. Tranquilo, en todos estos casos, te va a querer de todos modos. Sabes que nunca, ese tipo de cosas, echarán para atrás a la persona que te gusta y tú le gustas. Si le has invitado a cenar a tu casa, te sorprende porque te ayuda con la cena o te enseña a darle el toque a los platos en lugar de ponerse en plan exigente. Resumiendo, que si tienes algo que con otra persona estarías incómoda, con esa persona pasa desapercibido.
2. Puedes admitir lo que no sabes sin sentirte avergonzado
Todos somos expertos en algo. Lo más probable es que te des cuenta de si tu cita es una persona inteligente. En todo caso, te impresiona con sus conocimientos. Si tu cita descubre que claramente no sabes de algo, nunca te hará sentir avergonzado. Te sientes aliviado al decirle que no lo sabes y nunca te hacen sentir menos por eso. Puede que notes que tus diferencias te acercan más, en lugar de alejaros.
3. Puedes revelar tus errores pasados y sentirte comprendido pero no juzgado
Ves que las cosas ruedan solas cuando puedes revelar los errores que cometiste en el pasado sin tener miedo a meter la pata. Saben que una relación lleva su tiempo y comprenden tu pasado. No te hacen sentir avergonzado de las cosas de las que no sientes orgulloso. No quieren a una persona perfecta, sino al ser humano que eres.
4. No te importa enseñar tu lado payaso
Puedes hacer el payaso sin problema alguno porque sabes que, por otro lado, también puedes hablar en serio. Y os aportáis mucha alegría y paz. Estás mas dispuesto a mostrar tu yo vulnerable y a ponerte en contacto con tu niño interior que con la mayoría de las personas. Hacer el payaso el uno con el otro funciona como un alivio. Se vuelve tan payaso como tú y te hace reír como una loca.
5. No sientes la necesidad de cambiar tu yo interior para sentirte mejor.
La persona a la que no necesitas impresionar quiere ver quién eres, no que cambies para que tengas una mejor imagen tuya. Saben quién eres y nunca te piden que seas diferente. No te hacen sentir como si tuvieras que adaptarte a comer lo que les gusta, tener las mismas aficiones… No tienes que interpretar un papel que no es el tuyo.
6. Siempre puedes ser franco
Qué alivio poder decir exactamente lo que tienes en la mente sin tener que suavizarlo. No tienes que disimular lo claras que tienes tus opiniones. No dais lugar a malinterpretaciones porque sois directos y claros el uno con el otro.
7. Te aprecia por tu personalidad y no por lo que tienes
Le encantan los detalles más que los regalos que le compras. El entusiasmo que sentís cuando salís juntos proviene de la excelente química que hay entre vosotros. Las cosas materiales tienen su justo valor porque tú le aportas como persona lo que quiere. Descubres que pasas más tiempo hablando el uno del otro que poniendo el acento en el patrimonio de cada uno.
8. No te importa mostrar tu lado débil y puedes desahogarte sin problemas
No solo oye tus problemas, quieren escucharlos. Tu relación avanza cuando te pide que cuentes con ella/él cuando atraviesas un bache. En realidad, se siente decepcionado si no te acercas a él cuando estás triste. Y lo hacen no para apiadarse de ti, sino porque se sienten bien estando a tu lado. Quieren estar contigo en esa montaña rusa de las emociones.
9. Pueden disfrutar de un momento de tranquilidad sin preocuparse que tener que decir a renglón seguido.
No existen los silencios incómodos. El silencio es relajante, gusta y reconforta energía. A veces, una mirada a los ojos o una sonrisa lo dice todo. Para muchos, disfrutar de la compañía de otra persona en silencio por primera vez es el punto oficial para alcanzar la máxima comodidad con la persona con la que estás saliendo.
Cuando la persona con la que estás saliendo te ayuda con el día a día de tu casa o con cualquier cosa que te da pereza, sabes que le importas. Te sientes aliviado por seguir siendo tu mismo y además te sientes apreciado. Todo lo que dices notas que cala en la otra persona, ya sea una broma tonta o un problema. A todos nos gusta sentirnos queridos.
Lo bueno de salir con esa persona es que nunca esperó de ti que tuvieses que impresionarla.
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