¿Alguna vez has soñado que estás cerca de tocar el cielo y después nunca obtienes los resultados que deseas? Apuntas alto y esperas lo mejor, pero parece que nunca alcanzas las metas y no estás seguro de si lo estás haciendo bien.
Los objetivos son difíciles de alcanzar. A veces son demasiado flojos, demasiado amplios o simplemente poco realistas. Sin embargo, he aquí una buena noticia: ya vas por delante de la mayoría de las personas. Ahora necesitas modificar el enfoque y así facilitarás la consecución de tus objetivos.
A continuación, te presentamos ocho formas de ir por el camino correcto.
1.- Escríbete una carta
Me encanta este consejo. Lo leí de una reflexión de un famoso escritor. Dice: “Mi truco para establecer metas es muy simple: me siento y me escribo una carta, fechada exactamente un año antes”.
El dice que deberías escribirte una carta detallada describiendo tu vida dentro de un año. Es una técnica poderosa y es otra forma de utilizar la visualización para trazar el resultado deseado en tu mente. También es muy divertido leerlo un año después para ver si has logrado lo que esperabas.
2.- Traza un plan
No es suficiente tener una meta. También tienes que tener un plan de acción para lograrlo. Y aquí es donde muchas personas fracasan.
Establecen metas pero no hacen un seguimiento ni crean un plan con los pasos importantes para comenzar. Cuando esto sucede, los grandes objetivos parecen abrumadores y es más que probable que te rindas.
Crea una hoja de ruta para alcanzar tu objetivo. Planifica una o dos acciones que puedas tomar cada semana y concéntrate en hacer pequeñas cosas todos los días. Por ejemplo, si tu objetivo es iniciar un nuevo negocio, esta semana puedes estudiar si el nombre está pillado o no en internet e investigar un poco sobre cómo crear un sitio web. La clave es dividir tu objetivo en pasos más pequeños que sean más alcanzables.
3.- Establécete los tipos de objetivos adecuados
¿Has oído hablar del método BHAG (Big=grande, Hairy=peludo, Audacious=audaz, Goal=meta)? Es un término acuñado por Jim Collins, autor de Good to Great, para describir un objetivo que es estratégico y está impulsado por las emociones. Collins aboga por establecer este tipo de metas porque las metas SMART tradicionales (específicas, medibles, alcanzables, realistas y basadas en el tiempo) carecen de la conexión emocional necesaria para lograr grandes metas en la vida.
4.- Visualizar y reflexionar
Visualízate alcanzando tus metas, incluido el proceso y el trabajo que se necesitará para llegar hasta ello (esto es importante). Trata de sentir cómo será una vez que alcances esos grandes logros. Esto formará una imagen duradera en tu mente que mantendrá tu motivación a largo plazo.
5.- Haz… todos los días
No importa cuánto aprendes si no tomas medidas. No te dejes atrapar por la parálisis del análisis. La mejor manera de aprender es haciendo y aprendiendo del fracaso; es el trampolín hacia el éxito para todas las personas exitosas y sus metas a largo plazo.
Las acciones cotidianas no tienen por qué ser grandes cosas. Simplemente se trata de dar un pequeño paso en la dirección correcta.
Si tu objetivo es comer más sano, come para merendar una manzana en lugar de galletas. Si tu objetivo es comenzar a practicar yoga, busca un video de cinco minutos que no te abrume por sus posturas. Cualquier paso que des es bueno.
6.- Cuéntaselo a la gente
Tener que ser responsable ante alguien es una gran acción motivadora cuando quieres empezar a alcanzar metas. Búscate a alguien que actúe como “tu jefe” y al que tengas que explicar en qué objetivos o hábitos saludables está tratando de trabajar. Podría ser tu mujer, un amigo o un vecino. Solo necesitas a alguien que verifique cómo llevas tus objetivos.
Como plus adicional, es probable que recibas comentarios constructivos a lo largo del camino, incluso si no logras alcanzar una meta o un hito mientras estableces tus metas.
7.- Planifica los contratiempos
Ser un buen “fijador de metas” es como el boxeo; necesitas aprender a lidiar con los golpes porque sabes que te van a golpear. La mejor manera de minimizar el impacto de los contratiempos es planificarlos. Ten un plan de contingencia para cuando las cosas vayan mal y prepárate para reaccionar y aprender de esos contratiempos.
Ten en cuenta que, si bien es posible que hayas creado unas pautas, es posible que debas modificarlas más tarde. La vida está llena de complicaciones imprevistas. Si te encuentras con uno, ajusta pautas y no tengas miedo a los cambios. Te ayudará a avanzar hasta el final.
8. Evalúa tu progreso cada semana
Pregúntate: ¿Qué hice esta semana para acercarme a mi objetivo? ¿Qué funcionó? ¿Qué no?
Piensa en plasmarlo en un diario para reflexionar sobre el progreso que hiciste (o no). Consulta este diario cada vez que no estés seguro de cómo proceder.
No olvides celebrar también tus éxitos. Disfruta del éxito de esa semana y ve a por lo siguiente de la lista. Así es como alcanzarás tus objetivos finales.