Las circunstancias mas estresantes de la vida, aquellas que todos tememos y que muchos de nosotros experimentaremos sin duda en algún momento de nuestra vida, pueden poner nuestro mundo patas arriba y alterar para siempre quiénes somos y cómo vemos el mundo. También tienen el potencial de hacernos más fuertes si aprendemos a enfocar las cosas de otra manera. Vamos a explicarlo. . .
Como sabemos, el estrés es una parte normal de la condición humana, una parte que la mayoría de nosotros preferiríamos eliminar. Algunas personas son más propensas a sentir estrés que otras, y el estrés afecta a las personas de manera diferente debido al temperamento, a los rasgos innatos de la personalidad y a cómo nos han enseñado (directa e indirectamente) a responder ante situaciones difíciles. Algunas personas son más resistentes por naturaleza, mientras que otras son más sensibles y reactivas al estrés.
La buena noticia es que, aunque no podemos deshacer nuestro cableado natural, los estudios indican que podemos tomar medidas para mejorar nuestra capacidad de recuperación. Spoiler alert: una de esas medidas se denomina “inoculación contra el estrés”.
Los 10 factores más estresantes de la vida
Pero antes de hablar de cómo podemos mejorar nuestra resiliencia y hacer frente a los factores estresantes a los que nos enfrentamos las personas, primero debemos saber cuáles son. A continuación se enumeran los diez principales circunstancias mas estresantes de la vida.
1. La muerte de un ser querido
Universalmente, éste es probablemente el acontecimiento más duro por el que hay que pasar. Cuando alguien cercano muere, podemos sentir un sinfín de emociones y tener dificultades para encontrar nuestro lugar en el mundo sin esa persona en él.
El duelo es un proceso complicado que no es igual para todos. Afrontar la muerte de un ser querido requiere paciencia, comprensión y compasión hacia nosotros mismos.
2. Divorcio o separación
El divorcio o la separación pueden ser psicológicamente traumáticos por muchas razones, y muchas personas experimentan conmoción, sensación de impotencia, traición, confusión y angustia. Al igual que ocurre con la muerte de un ser querido, restablecer tu identidad en el mundo puede resultar desalentador.
3. Mudarse, comprar o vender una casa
Desde el coste económico de la mudanza, pasando por la carga de un préstamo (a veces por primera vez) y el hecho de encontrarse en un entorno desconocido, hasta la montaña rusa que supone el proceso de comprar o vender una casa, la mudanza, la compra o la venta de una vivienda generan estrés incluso en las personas más tranquilas. Tanto es así que el 40% de los españoles afirma que comprar una casa es el acontecimiento más estresante de la vida moderna.
4. Enfermedad o lesión grave
Este acontecimiento que nos cambia la vida puede afectarnos de muchas maneras. Nuestra capacidad para ganarnos la vida y la forma en que estamos acostumbrados a formar parte de la sociedad, y a contribuir a ella, pueden verse repentinamente cuestionadas, por no hablar de la incertidumbre sobre el futuro y la incomodidad de depender de otros para obtener ayuda o reducir nuestra independencia.
5. Pérdida de empleo
Perder un empleo puede ser como perder una gran parte de nuestra identidad, sobre todo en este país en el que la primera pregunta que te hacen al conocerte es “¿A qué te dedicas?”.
Perder un empleo afecta a nuestra capacidad para mantenernos a nosotros mismos o a nuestra familia. Crea incertidumbre sobre el futuro y puede aumentar nuestras inseguridades.
6. Contraer matrimonio
Otra buena circunstancia estresante, sí, pero hace tiempo que se sabe que el matrimonio supone un ajuste para muchos de nosotros. Puede ser un reto aprender a vivir con otra persona y acostumbrarse a lo que implica formar parte de una “pareja casada”, incluidas mayores expectativas y responsabilidades.
7. Mayores obligaciones financieras y decisiones relacionadas con el dinero
Asumir más cargas financieras o tomar grandes decisiones relacionadas con el dinero puede afectar al núcleo de algunas de nuestras mayores inseguridades y miedos, como la escasez y la autoestima.
Además, sentirte atrapado en tu trabajo y sentir siempre que necesitas mejorar tu nivel adquisitivo para hacer frente a tus obligaciones financieras puede mantener a cualquiera despierto toda la noche.
8. Jubilación
Pensar en la jubilación es otro factor estresante “divertido” en el sentido de que muchos de nosotros planeamos toda nuestra vida para el momento en que por fin podamos jubilarnos.
Para los que lo hacen, esto también representa un gran cambio de vida y una nueva identidad. Tener unos ingresos fijos y darse cuenta de que se está en la segunda mitad de la vida puede ser desalentador.
9. Cuidar de un familiar mayor o enfermo
No sólo es agotador desde el punto de vista físico y emocional, sino que además puede pasar una factura enorme a las personas. Con una responsabilidad de veinticuatro horas al día, muchos cuidadores no son capaces de cuidar de sí mismos adecuadamente, dejando la puerta abierta a una gran cantidad de problemas físicos y emocionales propios.
10. Acontecimiento traumático (catástrofe natural, crimen, violencia, pandemia)
Hay muchos problemas que pueden entrar en esta categoría, pero parece que el problema principal radica en la sensación de impotencia.
Cómo afrontar el estrés
Dado que el estrés afecta a cada persona de forma diferente, las mejores soluciones y estrategias también son, en cierto modo, individualizadas, lo que significa que no existe una receta perfecta de talla única. Un programa estratégicamente adaptado a cada persona es realmente la forma más eficaz de controlarlo.
1. Autoconversación
La autoconversación es una parte fundamental de cómo interpretamos internamente el estrés en nuestras vidas. Trabaja con tus sentimientos/emociones (como dijimos), pero sé consciente de no aumentar tu estrés diciéndote a ti mismo cosas negativas y críticas sobre la situación o cómo la estás manejando.
Trabaja para poner fin a los comentarios negativos y, en su lugar, muéstrate empático y amable, animándote a ti mismo mientras superas este momento estresante de tu vida, de forma parecida a como animarías a un amigo o a un ser querido.
3. Buena alimentación
Comer bien no solo ayuda a mantener un sistema inmunitario sano, sino que también mejora la energía y puede ayudar a regular los niveles de cortisol. Estar bajo estrés nos hace desear alimentos que empeoran nuestro estrés (como el azúcar y los alimentos procesados). En su lugar, deberías probar alimentos que reduzcan el estrés y la ansiedad, como alimentos ricos en proteínas y alimentos ricos en vitamina B.
4. Mantente hidratado
Una de las peores cosas que puedes hacer cuando estás estresado es deshidratarte. Estar incluso ligeramente deshidratado puede causar sentimientos de ansiedad, depresión, reducción de energía y más dificultad para pensar con claridad.
5. Intenta dormir lo suficiente
Esto es realmente difícil porque, a diferencia de mantenerse hidratado (que podemos obligarnos a hacer), dormir no es tan fácil cuando tienes muchas cosas en la cabeza. Dormir mejor está relacionado con tener más facilidad para gestionar las emociones e incluso recuperarse más rápidamente de un acontecimiento estresante.
Para tener más posibilidades de éxito, procura tener una buena higiene del sueño.
6. Haz algo de ejercicio
Hay un montón de estudios que respaldan el ejercicio para hacer frente al estrés. Se ha demostrado que la actividad aumenta las endorfinas, mejora el sueño, mejora el estado de ánimo, despeja la mente y ayuda a contrarrestar los efectos negativos del estrés.
7. Se selectivo con su entorno
Se selectivo con lo que te rodea, y esto incluye tu entorno físico, las personas con las que te relacionas, los programas de televisión que ves o las noticias que lees. Éste es uno de los principios de la neuroplasticidad.
Nuestro cerebro es como una esponja, que absorbe aquello a lo que lo exponemos y crea nuestro mundo interno a partir de ahí. Si expones tu cerebro a personas y entornos pacíficos, tranquilos, cariñosos y agradables, lo absorberá. Si lo expones a lo contrario, también lo absorberá.
8. Establece límites y fronteras
Es importante saber lo que puedes tolerar en momentos de estrés. Proteger tu energía, establecer límites y fronteras y ceñirte a ellos es primordial.
No pasa nada por defenderte a ti mismo y lo que necesitas. La gente lo entenderá. Si no lo hacen, probablemente sean la razón exacta por la que necesitas establecer límites.
9. Respira. Medita. Relájate.
Incorpora un poco de mindfulness a tu día para centrarte y descomprimirte. Los estudios demuestran que el mindfulness cambia la estructura y la actividad cerebral en regiones asociadas a la atención y la regulación de las emociones. Cambia tu estructura cerebral a mejor.
En conclusión…
Desgraciadamente, todos nos encontramos antes o después con grandes cambios en nuestra vida. Nadie puede prepararse totalmente para ellos, pero tener unos buenos hábitos diarios puedes hacer que capear el temporal sea algo más llevadero.
A veces, el estrés puede ser abrumador. Desahógate para contar cómo te sientes y pide ayuda si la necesitas.