La primera impresión es muy importante. Es posible que hayas oído que las personas sacan su primera impresión sobre ti en los primeros 60 segundos de una reunión, pero las últimas investigaciones de los psicólogos de la Universidad de Princeton han descubierto que es mucho más rápido que eso. De hecho, se cree que sucede en una décima de segundo.
En otras palabras, es nuestra apariencia facial la que hará o deshará una primera impresión en nuestros cerebros que buscan instintivamente simpatía, competencia, confiabilidad o agresividad.
Entonces, ¿se puede revertir una primera impresión negativa en ese abrir y cerrar de ojos que se hace?
Todos juzgamos y hacemos suposiciones
No hacemos juicios por despecho. Es el instinto de los humanos por sobrevivir lo que nos lleva a tomar la decisión de juzgar para decidir si vale la pena mantener a una persona en particular o no, lo más rápido posible.
Suceden un par de cosas en el cerebro: la falta de recuerdos relevantes que tenemos con una persona que acabamos de conocer hace que el cerebro compense la falta de información. Por lo tanto, trata de hacer conexiones a través de lo que vemos y escuchamos junto con experiencias pasadas. Este es el modo de supervivencia que nos ayuda a tomar la decisión de si es alguien que vale la pena volver a ver y sopesar el valor de esa persona para con nosotros.
¿Qué puede influir en la percepción de las personas?
Puedes pensar que lo que ves es un factor importante en la primera impresión y, por supuesto, lo es. Pero, ¿alguna vez te has creado una opinión de alguien que nunca has conocido simplemente escuchando las opiniones de otra persona sobre ellos? Esto se debe a que el cerebro tiende a inventar historias o imaginar información fuertemente basada en nuestros pensamientos y creencias que tenemos profundamente arraigados.
Como resultado, cuando conoces a alguien después de escuchar opiniones sobre él, todo lo que él haga tenderá a reforzar aún más esa impresión imaginada. Si actúa de manera diferente, el cerebro asumirá que es solo una excepción del momento.
Por eso, cuando te formas una impresión de alguien que estás a punto de conocer, puede ser muy difícil cambiar la idea de lo que piensas. La mayoría de las veces no somos conscientes de que existe este sesgo de primera impresión. Si has escuchado que “menganito” es un empresario con visión de futuro y tu idea sobre los empresarios con visión de futuro tienden a ser el de personas agresivas, despiadadas y seguras de sí mismas, “menganito” tendrá dificultades para convencerte de lo contrario, incluso si demuestra que no es nada de eso. Esto no es porque seas una persona influenciable; el sesgo de la primera impresión está tomando las riendas.
Anular el sesgo de la primera impresión
Todos queremos causar una buena primera impresión a cualquier persona que conocemos y una de las formas más comunes de hacerlo es “regalarle los oídos”. Los elogios son “pequeños obsequios” que se pueden decir a los demás, especialmente cuando son significativos y personales. Sin embargo, existe el peligro de piropear a las personas que se conocen por primera vez. No tiene nada que ver contigo y todo que ver con ellos; las personas tienden a descartar a estas personas porque sospechan que intentas influenciarlos intencionalmente a través de la adulación, incluso si esa no es tu intención. Un truco es hacer que la otra persona te transmita el piropo que quiere. Esto te da mas credibilidad.
El camino a través de terceros puede funcionar a la inversa, es decir, hacer que alguien diga algo bueno de ti. Esto se debe a que psicológicamente ya te mira con otros ojos. Esta es una estrategia que te ayudará instantáneamente con personas que no conocías de antes, ya que inconscientemente les caerás bien por lo que han escuchado de ti. Por supuesto, esto puede ir en tu contra si alguien hablara mal de ti (incluso sin querer) y, como resultado, la gente se andará con mas cuidado contigo.
Hay algunas cosas a tener en cuenta al hacer esto:
- Nunca presiones a nadie para que hable de ti. Que hablen bien de ti a través de un tercero siempre debe salir del corazón. Pedirle a un amigo que lo haga un tanto forzado se notará. También podría ser contraproducente y hacer que esa persona termine diciendo cosas negativas sobre ti. Lo único que hay que hacer es elegir a una persona que te conozca muy bien y que le encantaría enfatizar tus valores.
- Elije sabiamente el tipo de halago. Asegúrate de que el piropo no sea algo superficial. Ya sea un tema de relaciones o simplemente una amistad, es nuestra personalidad la que forma conexiones profundas. Así que céntrate más sobre cuán amable, servicial o divertido eres. Esto causará menos juicio por adelantado que tu apariencia externa.
- No mientas ni exageres. Puede ser tentador pero esto solo dura a corto plazo. Conseguir que alguien mienta nunca saldrá bien porque la gente siempre se dará cuenta si algo no coincide. Asegúrate de que el halago sea genuino y provenga de un buen lugar.
Resumiendo, aunque una décima de segundo es suficiente para emitir un juicio (y algo que realmente no podemos controlar), la mejor manera de contrarrestar cualquier posible conclusión negativa que alguien haga de ti es usar la táctica del tercero. Sembrar la semilla primero permitirá que alguien se forme una opinión más positiva de ti y te ayudará a tener ventaja al eliminar la tendencia que tiene el cerebro a juzgarte en un primer encuentro.