Abrirse a los demás es una de las cosas más difíciles que podemos hacer. Abrirnos a los demás poniendo encima de la mesa nuestros sentimientos, emociones y pensamientos interiores nos pone en el modo del miedo: miedo a ser rechazados y miedo por mostrar nuestro verdadero ser.
Pero un estudio de una Universidad descubrió que ser más abiertos con nuestras emociones hace que las personas nos encuentren más atractivas. Y la misma idea se aplica para crear cercanía a través de revelar experiencias personales y pensamientos con aquellos con quienes queremos construir una amistad.
Las personas que forman vínculos estrechos con otros están dominando el denominado arte de la auto-revelación (abrirse con cabeza), pero ¿cómo podemos hacer esto de manera efectiva? Pero, ¿debemos contar nuestras cosas a primeras de cambio? Contarlas de forma automática en el momento adecuado es clave para las relaciones exitosas y puede crear sutilmente vínculos en lugar de un incómodo sentimiento de incomprensión.
¿Por qué abrirse es muy importante para relacionarnos?
Podemos decir mucho de quienes somos a través de la ropa con la que nos vestimos, nuestro lenguaje corporal o los comentarios descartables que hacemos, pero esto no es la ventana real de nuestro verdadero yo. Pero vamos a hablar de algo que podríamos llamar la auto-revelación y que sería algo más útil: revelar algo sobre nosotros que vemos como un riesgo leve y una vulnerabilidad posterior.
Hay tres teorías que ayudan a explicar diferentes razones por las cuales pasamos por el proceso de auto-revelación y cómo nos permite desarrollar vínculos más profundos con los demás.
1.- Teoría de la penetración social: la auto-revelación ayuda a bajar la guardia
Esto se refiere al proceso recíproco de auto-revelación que creamos al construir una relación con otra persona y cómo se profundiza con el tiempo. Todos tienen capas en su personalidad y este proceso es la penetración gradual de estas capas. Es un proceso natural que a veces puede ser un buen equilibrio, especialmente en amistades o relaciones que arrastran cierta tensión. Revelar cosas de uno mismo en los momentos correctos puede conducir a una comprensión más profunda del otro.
2.- Teoría de la comparación social: la auto-revelación ayuda a detectar a tu “tribu”
Otra razón por la que nos revelamos es a través de la comparación social y, a veces, para buscar la validación de otros. Tendemos a evaluarnos a nosotros mismos en función de cómo nos comparamos con otras personas. Es una forma de descubrir cuán inferiores o superiores somos a otra persona. De esta forma podemos evaluar si vamos a llevarnos bien con la otra persona y si sus valores o creencias son similares a los nuestros en función de su reacción positiva o negativa. Esto determina si queremos o no continuar construyendo la relación.
3. Reciprocidad de auto-revelación: la auto-revelación genera confianza
Esta es la idea de que revelar nuestra forma de pensar sobre las cosas más íntimas con alguien nos permite sentir si son de confianza y nos caen bien, y de esta manera ver si la otra parte también se abre.
Se realizó un estudio entre personas que no se conocían de nada y en el que se descubrió que el grado de reciprocidad de las personas es directamente proporcional a la medida en que se abren. En otras palabras, cuanto más se abrían, más confianza se generaban entre ellos.
¿Cómo empezar a usar esta técnica?
¿En qué momento? Revelar nuestras cosas en una primera toma de contacto no es para nada una buena idea. Una pequeña charla suele ser la mejor manera de iniciar una conexión con alguien y una buena manera de tener una idea básica de la personalidad de la otra persona. Cuando te des cuenta de que la otra persona está abierta a empezar una amistad contigo, entonces es el momento indicado.
La mejor situación: mejor en una situación individual que en un grupo. Un grupo tiene dinámicas diferentes y esta situación puede llevarte a fracasar, especialmente si se trata de una información más personal. Con solo una persona se genera más confianza entre los dos.
¿Qué contar? Siempre es mejor comenzar con algo que sea gracioso: una historia divertida o una situación vergonzosa puede parecer natural. Esto hace que las personas encuentren a otros más agradables al instante y abre un sentimiento de confianza para lo que cuentes. Una vez que la relación con la persona progresa, contar cosas personales y profundas de forma gradual profundizará aún más el vínculo.
Cuánto contar: esto depende mucho del tipo de relación que quieras tener. Si estás buscando forjar una amistad de verdad, depende de la cantidad de confianza que hayas conseguido, pero rara vez hay limitación. Si se trata de una relación de pareja, el proceso debería ser más gradual. Esto se debe a que mantener cierto secretismo se considera más atractivo y crea una atracción más fiable.
Preste atención a la otra persona: recuerda, cuando te abras, es realmente importante prestar atención a las reacciones de la otra persona a lo que está diciendo. Podría ser a través de su lenguaje corporal, por ejemplo, inquietud o simplemente falta de una reacción positiva, pero si notas que se ha creado una situación incómoda por lo que cuentas, entonces es importante ajustarlo en consecuencia. Te darás cuenta que es demasiado inapropiado o demasiado pronto para abrirse. Recuerda, cada persona es diferente y eso no significa que una reacción negativa automáticamente signifique que la relación no puede pasar de las etapas iniciales. Sentir el tipo de persona que eres y abrirse al ritmo apropiado, es la pauta.
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