Dejar de preocuparse por lo que la gente piensa de ti es ir en contra de años de formación evolutiva y educación social.
¿Pero, por qué nos importa lo que piensen los demás?
Hay muchas razones por las que nos preocupamos por lo que piense la gente de nosotros, pero vamos a empezar por lo básico: la biología.
Estamos programados para buscar la validación, aprobación e inclusión en nuestra tribu (hoy día, entorno social o círculo social). Es un instinto de supervivencia. Los seres humanos somos animales de carga; cazamos y vivimos juntos para sobrevivir. Cuando éramos cavernícolas, mantenerse en contacto con la tribu era importante porque si la tribu te rechazaba, eras desterrado para enfrentarte a los elementos y poco después, te esperaba la muerte.
Pero a medida que nuestras sociedades progresaron para ser más complejas, para ser mucho más grandes y para que pudiéramos cambiar de tribu con relativa seguridad, se convirtió en una cuestión de orgullo, ego y validación social. Se convirtió, menos en evitar la muerte y más en ganar estatus para un mejor estilo de vida.
Cuanto más populares seamos, más probabilidades tenemos de tener éxito porque las personas están más dispuestas a ayudarnos. Esto se aplica a la popularidad tanto positiva como negativa, tanto por ser buena persona como por ser mala persona y llega al mismo resultado.
Entonces, ¿Cómo dejar de preocuparse por lo que la gente piensa de ti?
Es posible hacerlo sin ser un psicópata, pero tiene que ser un día a día. No es cambiar de la noche al día. Es un proceso de reprogramación de la mente.
Para dejar de preocuparte por lo que la gente piensa de ti, debes enfrentarte a tus demonios internos, recuperar el control de tus pensamientos subconscientes, echar un vistazo a quién eres y aprender algunas lecciones que son vitales.
1. Lo que la gente piensa de ti es una reflexión sobre ellos y no sobre ti
Todos vemos el mundo a través de nuestra propia perspectiva y percepciones. ¿Alguna vez has escuchado eso de “la gente, normalmente, odia en los demás lo que odia en sí misma”? Pues bien, esto no podría ser algo más cierto.
Por ejemplo, imagínate que tienes que hacer un juicio negativo sobre alguien porque le gusta mentir y contar fantasmadas. Ese juicio es un reflejo de tu disgusto mas por mentir, que por esa persona que cuenta la historia. La historia podría fácilmente ser percibida como entretenida para otros, pero tú simplemente la percibes de forma negativa en función de tu propia perspectiva.
Igualmente, esto se invierte. Si a alguien no le agradas por una cualidad que tú tienes, eso es un reflejo de esa persona. Por ejemplo, si alguien te juzga negativamente porque te gusta comprar relojes caros. Eso es un reflejo de su mentalidad y conjunto de valores en lugar de los tuyos.
Cuando las personas te juzgan negativamente, están diciendo más sobre sí mismas que sobre ti. La mayoría de las veces, ni siquiera se trata de ti, sino que redirige la agresión desde otra área de su vida y resulta que tú eres una salida.
2. No puedes caer bien a todo el mundo
Cuanto más populares somos, más seguros nos sentimos en una comunidad. Tememos al rechazo como un rasgo evolutivo porque ser rechazado por la tribu significaba ser marginado y morir a manos de los elementos y los leones. Pero hace mucho que hemos evolucionado desde entonces, y la gente se ha vuelto más compleja con cada generación que pasa. La gente es muy distinta y caer bien a todo el mundo es absolutamente imposible.
Pongamos a Pablo Alborán como ejemplo. A la gente le gusta Pablo Alborán, pero no a todos. Y no porque Pablo Alborán te haya hecho o no te haya hecho nada, sino porque no es de tu agrado y eso es así de sencillo. Así que deja de intentar caer bien a todo el mundo porque no puedes, y esto lo que nos lleva a la siguiente lección.
3. Saca tu auténtico YO
Dado que no te importa lo que la gente piense de ti porque es un reflejo de lo que ellos piensan y no de ti, y no puedes caer bien a todos, bien podrías ser tu Yo Auténtico.
Últimamente escuchamos esa frase mucho, pero aquí está el descuido. Tu yo auténtico es la persona que quieres ser si no tuvieras a nadie a quien caer bien o impresionar. Tu yo auténtico es la persona que dice tu verdad, no la verdad manipulada para mantener la paz, y dice las cosas que realmente piensa y cree. Tu yo auténtico es la persona que escondes al mundo porque tienes un miedo mortal a que te rechacen.
Si abrazas tu yo auténtico y comienzas a ser así todos los días, habrá gente que te rechazará, no agradarás a todo el mundo. Pero habrá otra gente que también te querrá, y pueden ser personas nuevas y diferentes, pero te querrán y, lo más importante de todo, te querrán porque estás siendo transparente.
4. ¿No te presta para nada la gente atención?
La gente es egoísta, pasamos mucho tiempo preocupados por lo que la gente piensa de nosotros pero la mayoría de las veces piensan algo, se olvidan y siguen haciendo su vida. Apenas están prestando atención a lo que ven, y mucho menos al pequeño juicio que acaban de hacer.
La mayoría de las personas se componen de ideas recicladas que les enseñaron las personas que respetaron al crecer, es decir sus padres, familiares cercanos o esos niños que les caen geniales del colegio. Tómate un momento para asimilar el hecho de que eres la persona más importante en tu vida, no en la de ellos.
5. Escucha tu opinión
Creo que una de las principales razones por las que todos estamos tan preocupados por lo que la gente piensa de nosotros es porque estamos rodeados de medios negativos que siempre objetivan y critican cualquier cosa y a cualquiera. Nadie ni nada está a salvo de la implacable crueldad de los medios y redes.
Como resultado, estamos programados para dar opiniones similares porque es la principal entrada de información en nuestras vidas y queremos ir con la multitud y nada se ajusta a la sociedad como los medios de comunicación y las redes.
Debido a que hacemos estos juicios internos mezquinos y crueles que aplicamos a las personas, asumimos que otras personas están haciendo lo mismo, lo que hacen y, como resultado, todos nos estamos comparando con el estándar imposible. Nos sentimos miserables, deprimidos y frustrados porque pensamos que todos piensan que no somos lo suficientemente buenos, pero el problema comienza con nosotros.
También pensamos estos pensamientos en otras personas, para comenzar el proceso de cambio hay que detener los juicios innecesarios sobre otras personas. Sus cuerpos, sus elecciones, sus complementos de moda.
Asume la responsabilidad de tu propia opinión y cuando te salga un juicio negativo preprogramado como “esa persona está muy gorda, debería ir al gimnasio”, cambia el chip porque…
6. ¡No es asunto tuyo!
Ves el mundo a través de tus propias percepciones, pero tus percepciones no son la verdad. Son tu verdad, pero no la verdad de todos. Puedes ver a una persona con michelines, pero eso no significa que no vaya al gimnasio. Ese juicio puede ser un reflejo de tu inseguridad porque vas poco tiempo al gimnasio.
Los humanos somos curiosos y me atrevo a decirlo, curiosos. Somos entrometidos y debemos mantenernos en nuestros propios asuntos, resolviendo nuestra propia mentalidad en lugar de opinar tan alegremente de los asuntos de otras personas y dejarles que vivan su vida.
7. ¡Esta es tu vida, la tuya!
Nadie ha caminado con tus zapatos, nadie ha visto lo que tú has visto. No eres comparable a nadie, así que deja de compararte con los demás.
Si estás pensando, “esta persona es mejor que yo o esta otra es…” DETENTE. No tienes que ser nada más que tú mismo y no puedes comparar a nadie contigo. Cuando caigas en eso, recuerda, no debes de compararte con nadie.
8. Reprograma tu cerebro para pensar en positivo
Todos pensamos demasiado y es más fácil pensar negativamente que pensar positivamente. Empieza a darte cuenta de ello cuando pienses demasiado las cosas e imagines el peor de los escenarios.
No pienses tanto las cosas porque la mayoría de las veces ni siquiera suceden. Solo serán una autotortura.
Si crees que algo va realmente mal, lo sabrás; y si tu instinto te lo dice, coge el toro por los cuernos y soluciónalo.
9. Céntrate en tus necesidades
Al eliminar toda la negatividad, tienes la oportunidad de comenzar a enfocarte en tus necesidades: quién eres y qué necesitas y conectarse con tu yo auténtico.
Para comenzar a concentrarte en tus necesidades, recupera el control de tu vida. No es culpa tuya haber vivido una vida para complacer a la gente. Agradar a la gente te da recompensas en forma de cariño, halagos…
Pero ahora es el momento de concentrarse en las recompensas que deseas de la vida y no las puede encontrar en otra persona. Eres tú quien tiene que darse cuidarse, felicitarse, darse un capricho y comer buenos alimentos. Siempre queremos tener alguien cerca que nos cuide porque nos da tranquilidad, pero es hora de que te cuides tú ahora. Te aseguro que una vez que te acostumbres a esto te sentirás seguro.
Piensa… ¿En qué necesitas ponerte manos a la obra para sentirte seguro y lleno?
Empieza a trabajar en cuales son tus necesidades
Estas 5 cosas que puede hacer para comenzar a determinar cuáles son sus necesidades:
1. ¿Qué cosas valora más en tu vida?
¿Es la familia? ¿Es la honestidad? ¿Es tener éxito? Ten claro lo que valoras, haz una lista de las cinco cosas principales para saber en qué quieres enfocar tu vida.
2. Pase tiempo con personas a las que les guste tu auténtico yo.
Las personas que saben quién eres y qué es lo que realmente quieres, pueden ofrecer reflexiones excelentes y sin enjuiciarte.
Elimina a cualquier persona en tu vida que te saque tu peor versión, no tienes por qué estar con ellos y solo sacan lo peor de ti (en lo que respecta a los jefes y amigos, mira aquí como tratar con ellos).
3. Limpia tu entorno.
Como dijimos antes, el bombardeo mediático de negatividad que tenemos hace que afecte enormemente a nuestra vida.
Elimina la negatividad o cualquier cosa que te haga sentir inútil y rodéate de aquello que te haga sentir bien. Tira todo ese desorden que te deprime, saca de tu Facebook aquella gente que no te convence o pasa de esas personas que disparan tus inseguridades.
4. Olvida las redes sociales por un tiempo.
Pasamos todo el día fijándonos en lo que han conseguido otras personas y asumimos que a todos les va mejor que a nosotros.
Hasta que no te sientas un poco más seguro, detén el hecho de compararte. Elimina a todas las personas que te deprimen o te hacen sentir inseguro. Asegúrate de que tus fuentes de distracción traten sobre positividad y productividad.
5. Detén esta tontería interna de que no eres lo suficientemente bueno.
Tienes que aprender a lidiar con este tipo de pensamientos. Hay muchas fuentes de inspiración en blogs o libros como éste: Fuera de serie, por qué unas personas triunfan y otros no.
CONCLUSIÓN
Pasar de lo que la gente piense de ti está bajo tu control, sé que no lo parece pero lo es. No puedes controlar lo que la gente dice, pero puedes controlar tus reacciones, la negatividad que metes en tu cabeza y cómo te hablas a ti mismo y a los demás internamente.
Como dijimos al principio, no es fácil, es un proceso de aprender una nueva forma de pensar que desafía a tu biología, tu infancia y tu psique mental. Pero si te comprometes a cambiar, descubrirás que tu vida rápidamente encajará en el lugar que corresponde porque llegarás a ser quien eres sin avergonzarte.
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