Nuestra vida está más llena si tenemos relaciones profundas. Cuando nos permitimos ser vulnerables y nos abrimos a otro ser humano, encontramos un valor intrínseco y el apoyo de quienes amamos. Es importante que cuidemos estas relaciones, al igual que es importante que nuestros seres queridos encuentren conexiones similares con nosotros. Cosas tan sencillas como escuchar, comunicarse y estar ahí para alguien pueden indicar tu voluntad de conectar y mostrar apoyo, pero ¿Cuáles son otros signos de que eres una persona que puede conectar profundamente con los demás?
Te olvidas de las conversaciones triviales.
Puedes hablar por los codos con los demás. Sabes cómo, y no es difícil. Pero, por lo general, buscas algo más estimulante. Buscas a la persona que busca una conversación más significativa: algo sobre lo que puedas aprender, que estimule tu mente.
Te encanta explorar el sentido de la vida.
No hay nada que te guste más que un buen hilo, pero sobre todo un hilo que desafíe tus ideas actuales, tus pensamientos y tu propia existencia. Gravitas hacia las personas que sabes que van a dar lo mejor de sí mismas, y juntos desgranáis ideas, perdiendo felizmente horas de tiempo.
Ves fácilmente los puntos fuertes de las personas.
No juzgas con demasiada dureza. Sabes que cada uno está en su propio camino de aprendizaje y que ha salido de sus propias experiencias vitales. Sin embargo, puedes ver el brillo interior. Esto no lo tiene todo el mundo. E incluso cuando alguien hace algo que no está bien, puedes ver más allá de eso, la razón por la que puede estar sucediendo. En lugar de reñirles, comprendes que ahí también hay bondad.
Siempre te cuestionas el significado de las cosas que haces.
Reflexionas constantemente sobre ti mismo. Entiendes que la vida, y el disfrute de la vida, vienes del crecimiento y disfrutas con el cambio que conlleva. Como personas, podemos cometer errores, pero depende de nosotros reconocer nuestros patrones de comportamiento y corregirlos.
Eres una persona sensible.
Muchas personas malinterpretan este factor. Las personas sensibles suelen ser malinterpretadas como tímidas, calladas, que se ofenden con facilidad o que son algo indefensas. Esto no es cierto. Ser sensible significa que estás más sintonizado con las frecuencias humanas. Sí, puedes sentirte muy herido, avergonzado o tonto por cosas ante las que la gente más dura no pestañearía, pero eso no significa que no estés preparado para afrontarlas. Lo que sí significa es que eres capaz de obtener una visión más profunda de otros seres humanos y de situaciones ajenas a ti, algo que las personas menos sensibles no pueden hacer. Las personas sensibles pueden conectar profundamente porque sienten las cosas a otro nivel, y pueden ser más reflexivas. Aunque quizás experimenten la fealdad a un nivel emocional más profundo, también experimentan la gran belleza. Un buen corazón se reconoce a la legua.
Siempre sientes curiosidad por saber lo que alguien ha vivido y soportado a lo largo de su vida.
Te encantan las historias de vida de la gente. Es una de tus grandes alegrías, saber y comprender de dónde ha venido alguien, cómo ha llegado de un lugar a otro o por qué ha tomado las decisiones que ha tomado. Quieres aprender de otros seres humanos y quieres comunicarte con ellos para hacerlo. Todo el mundo tiene una historia que contar. Es una muestra de amabilidad preguntar a otra persona sobre sí mismo y escuchar de verdad su historia.