Conexión entre cuerpo y mente: 6 consejos para reforzar el vínculo

¿Crees que es posible tener una imagen positiva de uno mismo? ¿Es plausible que nuestra percepción mental del mundo guíe nuestro sistema inmunitario de tal forma que nos haga responder mejor a futuras amenazas?

Como se ha observado con mujeres de más de 40 años que luchan por perder peso, los pensamientos sí tienen un impacto en nuestra salud general. Esto demuestra que nuestras emociones, sentimientos, creencias y actitudes pueden afectar positiva o incluso negativamente a nuestro cuerpo físico.

Las principales investigaciones científicas sugieren que nuestra mente puede desempeñar un papel muy importante a la hora de mantener nuestro cuerpo sano e incluso de curarnos de enfermedades.

1. ¿Qué es la conexión entre la mente y el cuerpo?

¿Alguna vez te has sentido tan nervioso que te han empezado a sudar las palmas de las manos? ¿O te estabas tan preocupado que no podías conciliar el sueño por la noche? Este es un ejemplo perfecto de la conexión mente-cuerpo en acción. Nuestra salud física y emocional están estrechamente vinculadas y es lo que se conoce como la conexión mente-cuerpo.

2. ¿Cómo están conectados la mente y el cuerpo?

El cerebro produce cientos de sustancias químicas capaces de mejorar la salud. Entre ellas se encuentran las endorfinas, que se producen para ayudar al sistema nervioso a hacer frente al estrés o al dolor, y los anticuerpos, que son producidos por el sistema inmunitario en respuesta a una sustancia extraña o desconocida, para eliminarla del organismo.

Los efectos de nuestro estado de ánimo pueden influir en la liberación de estas sustancias químicas. Uno de los mayores ejemplos es la respuesta de huida o lucha. Si te sientes estresado o ansioso, tu cuerpo actuará como si estuviera siendo atacado y liberará hormonas que te incitarán a quedarte o a huir.

Tu ritmo cardiaco puede aumentar, la digestión se ralentiza, puedes sentirte tenso y tus sentidos pueden agudizarse, todo ello desencadenado por sentirte estresado o ansioso.

Si te sientes mal pero mantienes una actitud positiva, es más probable que tu cerebro produzca las sustancias químicas necesarias para reforzar tu sistema inmunitario.

Por eso, mantener una relación positiva con la salud mental y física es crucial para alcanzar el bienestar general.

3. Cómo reforzar la conexión entre mente y cuerpo

Existen muchas técnicas para conectar la mente y el cuerpo, como la meditación, la respiración profunda, la gestión del estrés, el entrenamiento de la resiliencia, la espiritualidad y el pensamiento positivo y negativo. Sumerjámonos de lleno y aprendamos a conectar el cuerpo y la mente.

1. Meditación

Algunos tipos de meditación consisten en concentrar la mente en algo concreto, como la respiración, o en un mantra (que es una palabra o frase repetida). La más utilizada es una sílaba simple como “Om”.

Los estudios demuestran que la meditación puede ayudar a reducir la presión arterial, la ansiedad, la depresión y los síntomas del síndrome del intestino irritable y los brotes en personas con colitis ulcerosa. La meditación también puede beneficiar a las personas con insomnio.

Otros estudios demuestran que los efectos positivos de la meditación basada en la atención plena sobre la depresión pueden durar seis meses o más y prevenir las recaídas.

2. Respiración profunda

Al igual que la meditación, las técnicas de respiración profunda pueden ser muy potentes y beneficiosas para la salud física y mental, y pueden ayudar a aliviar el estrés y la ansiedad.

La respiración yóguica, otro nombre de la respiración profunda, consiste en controlar la entrada y salida de aire por las fosas nasales mediante la concentración y la acción activa del diafragma para aumentar el flujo de aire que entra y sale, así como para manipular la frecuencia de cada ciclo respiratorio.

El diafragma está unido a la base de los pulmones y rara vez se activa cuando se respira de forma inconsciente. Este patrón respiratorio corto y superficial produce menos oxígeno y disminuye la eficacia de la respiración.

Hoy en día, la mayoría de nosotros sólo respiramos de forma corta y superficial, lo que mantiene a nuestro cuerpo en una constante respuesta de lucha o huida, que desencadena toda una serie de reacciones como las mencionadas anteriormente.

3. Gestión del estrés

Comprender cómo reaccionamos cuando nos enfrentamos a situaciones estresantes puede ayudarnos a reconocer cómo gestionar mejor el estrés y la ansiedad en el futuro.

Tal vez no podamos cambiar nuestras circunstancias, pero podemos verlas de otra manera.

A veces, simplemente replantear la situación estresante puede ayudarnos a controlar el estrés cambiando la forma en que nuestro cerebro interpreta los acontecimientos y las situaciones y mejorando el enfoque desde una perspectiva más positiva.

En lugar de estresarte en un atasco de tráfico en la interestatal, considera que es un momento para tomarte un descanso, escuchar tu emisora de radio favorita, un podcast o un audiolibro o dedicar algo de tiempo a realizar ejercicios de respiración profunda, como se ha comentado anteriormente.

Dar prioridad a su autocuidado es una excelente manera de controlar el estrés y es esencial para mantenernos funcionando bien y mejorar nuestra salud en general.

Los siguientes aspectos de nuestra salud son vitales para nuestro bienestar y cruciales para gestionar mejor el estrés. Ten en cuenta lo siguiente:

  • ¿Duermes lo suficiente?
  • ¿Está dedicando tiempo a las personas que te importan?
  • ¿Das prioridad a la actividad física?
  • ¿Sigues una dieta equilibrada y variada?
  • ¿Te centras en las cosas que te apasionan?
  • ¿Cómo puedes abrirte más a la comunidad y a la espiritualidad?

4. Formación en resiliencia

La resiliencia se define como la capacidad de adaptarse y recuperarse con éxito tras una situación de estrés, adversidad, trauma o tragedia. Puede ser crucial a la hora de mantener tus niveles de estrés, que pueden tener un gran impacto en tu salud física. Es importante afrontar el estrés de forma saludable, ya sea mediante el apoyo de tus seres queridos o cambiando de perspectiva a través de métodos terapéuticos.

Fortalecer mete y cuerpo

5. Espiritualidad

La espiritualidad es un sentido de conexión o creencia en algo más grande que nosotros mismos. También puede implicar la búsqueda de la propia vocación en la vida.

Encontrar tu propósito o tu “por qué” en la vida puede ser una gran herramienta para asegurarte de que estás sano de cuerpo y mente.

Ya sea en tu carrera profesional o en tu vida personal, saber quién eres y cuáles son tus valores puede ayudarte a mantener los pies en la tierra. En algunos casos, puede ayudarte a tomar las decisiones correctas cuando se te presenten oportunidades.

6. Pensamiento positivo y negativo

Cada vez son más los investigadores que encuentran pruebas de los numerosos beneficios del pensamiento positivo. Estos hallazgos sugieren que las personas positivas son más saludables y están menos estresadas, lo que conduce a una mayor salud y bienestar general.

Algunos de los beneficios para la salud del pensamiento positivo son:

  • Aumento de la esperanza de vida
  • Menor riesgo de muerte por cáncer, afecciones respiratorias y muerte relacionada con infecciones
  • Mayor capacidad para defenderse de las enfermedades
  • Mayor bienestar psicológico y físico
  • Menor riesgo de muerte por enfermedades cardiovasculares e ictus
  • Mayor capacidad para afrontar dificultades y momentos de estrés
  • Menores tasas de depresión

Los pensamientos negativos, por el contrario, pueden causar estragos en el organismo y agravar la ansiedad y la depresión. Todos tenemos pensamientos negativos de vez en cuando, pero la clave está en controlarlos y dejar que se desvanezcan en lugar de rumiarlos.

El sencillo proceso de convertir un pensamiento negativo en positivo puede aprenderse fácilmente, pero crear un nuevo hábito requiere tiempo y práctica. Estudios recientes sugieren que se tarda entre 59 y 70 días en crear un hábito.

Si quieres convertirte en una persona de pensamientos más positivos, debes empezar por revisar las áreas de tu vida en las que sueles pensar negativamente. Las áreas más comunes son el trabajo, los desplazamientos diarios, posiblemente el matrimonio o incluso la imagen corporal.

Puedes crear este hábito empezando poco a poco. Céntrate en un área cada vez e intente verla de forma más positiva. Si te sorprendes a ti mismo hablando o pensando negativamente, reformula ese pensamiento con otro más positivo.

Co

nclusión

Lo que sientes influye en lo que piensas y viceversa. La conexión mente-cuerpo es el vínculo entre tus pensamientos y tus sentimientos. Los sentimientos son una experiencia corporal, mientras que los pensamientos están en la mente.

No se puede negar el poder de la conexión entre la mente y el cuerpo y, a medida que continúe la investigación en este campo, seguiremos aprendiendo más sobre esta asombrosa conexión.

Puedes empezar a aprender estrategias para crear más equilibrio en tu vida y lidiar con el estrés una vez que seas consciente de cómo el estrés afecta a tu cuerpo y a tu mente.

Prueba los métodos mencionados para fortalecer el vínculo de la conexión mente-cuerpo.

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