Es duro tener una relación con una persona que es muy cabezona. Incluso cuando se trata de un ser querido, es muy difícil hacerle ceder o responder a tus exigencias. Es importante que uno se adapte a un mejor enfoque tratando con ellos a fin de obtener lo mejor de esa relación. La verdad es que ser testarudo o cabezón puede significar a veces fortaleza y crea cierta estabilidad y seguridad que pueden no ser comunes en un mundo voluble. Aquí hay algunas cosas a recordar si te has enamorado de alguien así.
1. No cambiará de opinión por capricho
No tiene sentido intentar saber si cambiarán de opinión, ya que son decididos y se aferrarán a su opinión, pensamiento o creencia todo el tiempo que quieran. Una cosa que hay que recordar es que las personas testarudas se sienten cómodas siendo quienes son y les lleva mucho tiempo cambiar de opinión, ya que decir SÍ les es muy difícil .
2. Les cuesta trabajar con otros
Trabajar con otras personas puede causarles cierta tensión, ya que puede significar que tienen ciertos compromisos a los que no están acostumbrados. En realidad, les puede ir bien cuando trabajan con otros miembros del equipo que ceden o son comprensivos. A veces, ofrecerles el espacio para que realicen su tarea solos podría ser lo que mejor funcione.
3. Les cuesta admitir sus errores
Suelen creer que siempre tienen razón, y técnicamente puede ser cierto. Pero no siempre tendrán razón. Habrá errores y a veces las cosas podrían salir mal. En esos momentos admitir que se equivocaron les es muy difícil.
4. Quieren que los demás sepan que son testarudos
Ser testarudo es una especie de marca registrada para ellos. Están encantados de que los demás sepan lo difíciles que son, como si fuera una especie de identidad cool que mostrar. Así que no te ofendas ni te sientas incómodo si una persona testaruda continúa recordándote lo cabezona que es.
5. Tienden a tomarse las discusiones con mucha pasión
Se toman las discusiones muy en serio y hacen que parezcan interminables. Para ellos es más un círculo para establecer autoridad o conocimiento. Incluso cuando se equivocan de pleno tratarán la discusión con intensidad y pasión.
6. No creen que necesiten ayuda
Por mucho que quieran pensar y actuar de forma independiente, les cuesta pedir la opinión o ayuda de otros sobre un tema. Incluso cuando saben que la otra persona puede ayudarles y proporcionarles la ayuda que necesitan, preferirán aguantar solos.
7. Se ciñen al único camino que conocen
Prefieren seguir el camino con el que se sienten cómodos. Aunque esto puede ser beneficioso si conduce continuamente al éxito, siempre es importante adaptarse y descubrir otros caminos. Además, es posible que la persona testaruda nunca quiera elegir el enfoque fácil. Es el camino que ellos marcan o nada.
8. Les resulta difícil tratar con otras personas testarudas
Se trata más bien de dar vueltas en círculo. No se consigue nada cuando se está con otras personas testarudas. Incluso cuando entiendes su terquedad y ellos entienden la tuya, siempre será difícil conformarse con la otra persona.
9. Son obstinados
Lo mejor de las personas testarudas es que siempre irán a por lo que quieren con todo lo que tienen. No se detendrán, sino que seguirán adelante incluso cuando las probabilidades estén en su contra. Las personas testarudas llevarán sus deseos a buen o mal puerto… su cabezonería puede ser también muy perjudicial.