Las parejas perfectas saben todo el uno del otro. Pueden leer en la mente del otro. Siempre están de acuerdo entre ellos. Quieren exactamente las mismas cosas en la vida. Quieren hacer lo mismo, todo el tiempo. Y nunca se pelean. Esta es la pareja perfecta que siempre está feliz.
Pero eso es solo una fantasía.
Esperar que tu relación sea así de perfecta no es nada realista. Incluso si has vivido algo tan increíblemente perfecto, tal vez hayas sospechado que algo anda mal, algo parece que se esconde. La vida está llena de cambios y desafíos. De alguna manera, muchas parejas, jóvenes y mayores, caen en la trampa de que existe una “relación perfecta”.
Escondemos el lado malo de una relación
¿Por qué todo el mundo se cree eso? Las personas tienden a establecer expectativas poco realistas sobre cómo deberían ser sus parejas. Estas ideas mágicas comienzan a surgir desde que somos niños.
En los cuentos de hadas y en las películas de Disney, el príncipe salva a la princesa. Son almas gemelas, que se conocen de inmediato y a fondo. Sus historias de amor están perfectamente idealizadas. No surgen peleas ni retos que superar en el camino.
Las comedias románticas son de la misma manera. La pareja se conoce en un entorno idílico, con alguna peguita por el camino pero poca cosa, y luego viven juntos felices para siempre. Es una película y hay que vender entradas. Y en esa película no salen nunca las dificultades: cuando la pareja todavía se ama, pero tienen que lidiar con desacuerdos y vivir los retos y vicisitudes de la vida.
Los padres también establecen percepciones de lo que debe ser una buena pareja. Tenemos expectativas culturales fuertemente arraigadas de cómo debería ser un “novio”, “novia” o “marido”. ¡Eso es difícil quitarlo de nuestras mentes! Por ejemplo, los maridos tienden a ser menos cariñosos y mas distantes y, por lo tanto, debes esperar y aceptar que eso sea así en tu relación. Si bien eso podrías aceptarlo al principio, en el futuro, esa actitud complaciente solo puede generar resentimiento e infelicidad.
Las personas también comparan sus relaciones con las de los demás todo el tiempo. Y hoy día eso es más fácil que nunca con Facebook e Instagram. Tus amigos probablemente hablen mucho sobre la vida “perfecta” que sus parejas llevan con ellos. La gente quiere compartir lo bueno de sus vidas, no lo malo. Pero las relaciones en las redes sociales están filtradas. Todo lo que ves son las noches de citas especiales, las fiestas y las fotos de las vacaciones. Nadie publica fotos de sus peleas ni de sus marrones. Compararse no tiene sentido. Una vez mas, yo soy yo y mis circunstancias.
Las personas tienen expectativas poco realistas para crear el amor perfecto
Como resultado de todas estas expectativas, las personas quieren moldear a sus parejas hacia su versión ideal. Pero basándose en expectativas poco realistas. Le piden peras al olmo. Y luego, cuando la pareja no puede cumplir con sus expectativas, exigen cada vez más, pensando que se supone que es el “amor” lo que hace realidad sus sueños.
Un error común que cometen mujeres y hombres es que sus parejas creen que pueden “leer la mente del otro” y satisfacer sus necesidades sin decir nada. Pero esto no solo es raro, es imposible. Sin darse cuenta de que esta es una expectativa poco realista, y constantemente se sentirán decepcionados con sus parejas y concluirán que deben seguir buscando a otro que se adapte mejor a su soñada relación.
Es fácil pensar que el “amor” resolverá todos los problemas. La gente atribuye la decepción a la “falta de amor” o “realmente no estamos destinados a estar juntos”. Estas parejas que piensan de esta manera se separarán y harán cada uno su camino. Y tendrán los mismos comportamientos con su nueva pareja.
Esperan encontrar a alguien que pueda encajar en su molde. Pero de lo que no se dan cuenta es que sus expectativas son poco realistas. Y terminan atrapados en el mismo ciclo de relaciones una y otra vez. A esto se le llama inmadurez.
Haz que tu relación tenga los pies en la tierra
Una relación con los pies en la tierra no significa que no sea especial. La historia de amor de cada uno es única debido a las ventajas y desventajas que la pareja experimenta juntos. Una relación realista puede ser saludable aunque no sea perfecta. Prueba con los siguientes pasos para hacer tu relación más feliz.
1. Enumera todas sus expectativas.
Escribe cada una de tus expectativas, comenzando cada frase con “Espero que él/ella…” No necesitas justificar ninguna de tus expectativas. El punto aquí es ser honesto contigo mismo.
Ejemplos: “Espero que él sepa que estoy triste incluso cuando no le digo cómo me siento”. O “Espero que se adapte a mis cambios de horario sin enfadarse nunca”. Cualquier cosa que sea honesta y verdadera debe ir en esta lista.
2. Revisa tu lista.
Ahora es el momento de evaluar nuevamente tu lista. Léela y tacha cualquier cosa que tú no hagas. Por ejemplo, pregúntate: ¿Es realmente realista pedirle a tu pareja que salga dar una vuelta todos los días cuando tiene un trabajo exigente? ¿Pero… cuando tu estás ocupado, siempre sales con él/ella?
3. Ponte en la piel de tu pareja y lee la lista de nuevo.
Repasa la lista mas adelante. Ahora, en lugar de preguntarte si puedes dar lo mismo que exiges, piensa más detenidamente si él/ella puede. El hecho de que puedas cumplir con alguna de tus expectativas no significa que tu pareja también pueda hacerlo. Tal vez seas un limpiador obsesivo, pero tu pareja solo limpia una vez a la semana. ¿Es realista pedirle que limpie todos los días o tan a menudo como tú lo haces?
Esto reducirá aún más tu lista, dejando atrás solo las expectativas verdaderamente razonables.
4. Explica tus expectativas a tu pareja.
Lo mejor que puedes hacer es contarle explícitamente tus expectativas a tu pareja. Cuéntale tu idea para poder cumplir con esas expectativas. Luego comprometeros y refinid esas expectativas para que los dos podáis ser felices.
Concluyendo…
¿Recuerdas esa fantasía de la pareja perfecta? Nunca fue real y nunca lo será. Una relación realista está llena de retos y requiere compromisos. Deja de soñar con la relación perfecta. Las expectativas poco realistas sobre tu pareja sabotean no solo a tu pareja, sino a ti mismo y a tu relación.