Podrías creer que nuestras propias reflexiones son intrascendentes, que van y vienen de una manera a veces poco significativa o sin sentido. Pero los pensamientos que tenemos y la forma en que pensamos es mas sustancial de lo que crees.
Entrar en patrones de pensamiento y crear diferentes creencias, configura nuestras vidas y nuestra visión de nosotros mismos, de cómo percibimos a los demás y al mundo que nos rodea.
Podemos elegir tener pensamientos positivos o negativos sobre cualquier tema de la vida, pero como personas que somos, nuestra tendencia es ir directamente a lo negativo, lo que puede tener un efecto muy perjudicial en nuestra fortaleza mental.
Arreglar errores comunes en nuestra forma y enfoque de pensar puede ayudarte de por vida
Hacer un esfuerzo consciente para saber cuales son nuestros patrones de pensamiento negativo y detenerlos, tiene un gran trabajo por delante, pero no es un imposible. Puede ser difícil romper con nuestra forma de pensar después de toda una vida. Pero si encuentras que tu forma de pensar se decanta por el lado negativo, pregúntate: ¿qué consigo pensando así?
Aquí expondremos 10 errores comunes en la forma de pensar y ver la vida. Comprueba si se identificas con alguno de ellos y haz que hoy sea el día en que comiences a pensar de manera diferente.
1.- Sobregeneralizar
Creamos creencias negativas como eje central mediante la generalización excesiva, pero la razón por la que hacemos esto es porque es fácil caer en la trampa. Si fallamos gravemente en algo, aplicamos esa creencia cada vez que intentamos una cosa, una y otra vez. Por ejemplo, teníamos una relación en la que la otra persona nos engañó o nos trató mal: una generalización excesiva sería creer que todos los hombres (o mujeres) engañan o que siempre van a los suyo en las relaciones.
No te dejes influenciar por circunstancias negativas que has experimentado en la vida aunque sea difícil.
2.- Ignorar lo positivo
¿Te pasa que si algo te sale mal a lo largo del día estás todo el día dándole vueltas al tema? Tendemos a elegir, ignorar y filtrar los aspectos positivos a pesar de que estos superan lo negativo (aunque sea mínimo).
Trata de acostumbrarte a elegir y concentrarte en todos los aspectos positivos del día a día: llegar al trabajo sin problemas, si tu pareja te ha preparado una taza de café por la mañana, lo bien que cenaste la noche anterior… Pon el foco en estas cosas y céntrate en lo bueno. No arruines el día enfocándote solo en lo negativo.
3.- Tomarse las cosas personalmente
Es natural sentir que el mundo gira a nuestro alrededor, pero a veces nuestro pensamiento puede hacer que solo veamos las cosas desde nuestra perspectiva y de cómo nos sentimos ante una situación. Si alguien en el trabajo es borde contigo, de repente asumes que has hecho algo mal. Si tu amiga no te responde de inmediato, entonces debe estar molesta contigo por alguna razón.
Pero la mayoría de las veces no tiene nada que ver contigo, sino más bien con la otra parte. No te montes la película tan pronto y comprende que las personas pasan momentos negativos que no tienen que ver contigo. Cuando ocurra este tipo de cosas, asegúrate de que la otra persona puede estar pasando un mal momento.
4.- Razonamiento emocional negativo
Cuando surgen emociones negativas, es mejor no dejar que influyan en nosotros. Pero es muy fácil creer la conexión que nuestra mente hace con nuestras emociones negativas: si sientes que eres una mala persona, en realidad no significa que lo seas. Si te sientes mal y sacas como conclusión que eres un fiasco, ¡esto no significa que eres un fiasco de persona!
Olvídate de cualquier razonamiento emocional y sé cabal; no saques conclusiones sobre ti como resultado de ellas.
5.- Maximizar o minimizar
Las expectativas negativas pueden hacernos preguntas del tipo “qué pasaría si…”. Si renuncio a mi trabajo sin mas, ¿qué pasa si no encuentro otro? ¿Qué pasa si no me gusta nada el nuevo trabajo? ¿Qué pasa si me cae mal el nuevo grupo de personas con las que voy a trabajar? Esta forma de pensar puede evitar que tomemos decisiones que probablemente en el fondo queremos tomar. Esto es magnificar una situación de una manera negativa e innecesaria.
En el otro extremo del espectro, también podemos minimizar los aspectos especialmente positivos y deseables de nosotros mismos. Ambos son perjudiciales para vivir nuestra vida de una manera segura y real.
6.- Hacer suposiciones sobre lo que otros piensan
Es frecuente hacer suposiciones sobre las percepciones de los demás en un tema determinado. Pero nunca podemos saber realmente lo que está pasando por la mente de otra persona. Si tienes la tendencia a creer que las personas piensan mal de ti, entonces recuerda que la mayoría de las personas están demasiado ocupadas preocupándose por sí mismas como para realmente preocuparse por lo que llevas puesto, lo que dices o cómo actúas. No pongas tanto énfasis en los supuestos.
7.- Ver las cosas en blanco o negro
A veces es fácil pensar que las cosas son una cosa u otra, en otras palabras, todo o nada, bueno o malo. Pero este tipo de pensamiento limitado filtra todos los tonos grises.
Al ser así, no ves todos los aspectos de algo, por ejemplo, si cada proyecto es un éxito o un fracaso, entonces no puedes ver las oportunidades para crecer o mejorar los errores que has cometido en el camino y que pueden conducir a una idea completamente diferente o a tomar otra dirección. Recuerda que el mundo es multifacético, así que haz una perspectiva de la misma manera.
8.- Centrándose en los “debe”
La sociedad nos ha hecho sentir que necesitamos vivir nuestras vidas de cierta manera. Muchas veces tomamos decisiones porque sentimos que deberíamos, pero ¿quién dice exactamente que deberías? ¿Se basa en un conjunto de reglas hechas por otras personas? ¿O es por que tu familia lo espera de ti?
La próxima vez que sientas que debes hacer algo a pesar de que te hace infeliz, pregúntate por qué. Crea tus propios “deberes” basados en lo que te hace feliz, no en lo que feliz a los demás. Vive tu vida (con responsabilidad, claro).
9.- El juego de la culpa
Cuando tenemos reacciones emocionales negativas, es fácil culpar a los demás. Pero solo nosotros podemos ser responsables de cómo reaccionamos ante las personas y las situaciones. No responsabilices a los demás: nadie puede hacernos sentir como nos sentimos, excepto nosotros mismos. Una vez que te habitúes a esto, no solo puede ser enriquecedor sino que también puedes mejorar enormemente sus relaciones con los demás.
10.- La necesidad de tener siempre la razón
Este es un rasgo enormemente común en muchos de nosotros. ¿Cuántas veces te sientes frustrado porque alguien tiene una opinión o perspectiva diferente a la tuya? Esa necesidad constante de demostrar que tienes razón y que los demás están equivocados es una mentalidad que se puede cambiar.
Comprender que todos están pasando por la vida por diferentes desafíos, experiencias y perspectivas es lo que hace de este mundo un lugar emocionante. Se consciente de cómo se sienten los demás al expresar tu opinión y respeta la suya. No sientas que siempre tienes que estar en lo cierto porque a veces puedes estar equivocado.
Así que recuerda, la forma en que pensamos tiene mucha más influencia en la configuración de nuestras vidas de lo que nos podemos imaginar. Cambiar los patrones de pensamiento negativo es un gran paso hacia la creación de una mentalidad y una perspectiva más positivas para el beneficio tuyo y de los demás.
Y por último, recuerda esta infografía que hicimos en su día: Diferencias entre mentalmente débil y mentalmente fuerte
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