Dicen que el momento oportuno lo es todo. Y los que lo dicen tienen razón.
Conocer a la persona adecuada en el momento equivocado puede cambiarnos la vida si no funciona como deseamos. Puede afectarnos durante mucho tiempo, resurgiendo cuando menos lo esperamos e impidiéndonos seguir adelante.
Cuando conocemos a la persona adecuada en el momento equivocado, sentimos que nos hemos perdido su mejor versión.
Los psicólogos se refieren a la pena de perderse algo, o “miedo a perderse algo”, más reciente y comúnmente conocido como “miedo a perderse algo” (FOMO, por sus siglas en inglés), como un “tema pendiente”. Cuando todos los factores no confluyen para crear el resultado que deseamos, por una razón u otra, no conseguimos lo que queremos y esto crea sentimientos de pérdida, pena, arrepentimiento e incluso hostilidad. Aferrarnos a estos sentimientos es la única conexión que tenemos con ese objeto esquivo que se nos ha escapado de las manos, así que nos centramos en los sentimientos negativos como manta de seguridad en lugar de soltarlos y seguir adelante con nuestras vidas.
Cuando conocemos a alguien que parece ideal, es natural querer establecer esa conexión y manifestar una relación con esa persona. Puede que esos sentimientos sean recíprocos y que incluso iniciemos una relación íntima. Pero si esa persona aparentemente ideal llega en el momento equivocado, para nosotros o para ella, la relación está condenada al fracaso. Aunque se cumplan todos los requisitos (atracción, valores, objetivos vitales, geografía), si el momento no es el adecuado, ninguna de las partes tiene poder sobre el curso de la situación y hay que aceptar la realidad.
Es duro aceptarlo, pero conocer a alguien en el momento equivocado significa que es la persona equivocada.
Si conoces a la persona adecuada en el momento equivocado, lo más probable es que sea la persona equivocada. La persona adecuada no sólo tiene que cumplir los criterios de tus deseos y viceversa, si dos personas van en la dirección equivocada la una de la otra, si una persona está más preparada que la otra para sentar la cabeza, o está lidiando con sus propios temas pendientes y no tiene la capacidad de mantener las necesidades de la relación en ese momento, entonces es inevitable que la relación termine y la resistencia hará que termine mal. El momento oportuno lo es todo, es el único ingrediente que garantiza la longevidad, la prosperidad y el éxito de una relación.
Enfrentarse a los temas pendientes cuando crees que has conocido a la persona adecuada en el momento equivocado, convirtiéndola de hecho en la persona equivocada, puede ser conflictivo y doloroso. El conflicto interno es real y experimentarás una serie de emociones que podrían dejarte confuso y deprimido.
Para seguir adelante y conocer a la persona adecuada, aprende de la relación con esta persona equivocada.
La clave para sobreponerse y seguir adelante no sólo implica comunicarse con la persona, para resolver los problemas entre ambos y afrontar el deterioro y el cese de la relación, sino que también requiere que ambos hagan su propia purga individual de sentimientos afrontando su dolor, extrayendo las lecciones y siguiendo adelante. Escribir una carta a la persona, independientemente de que la lea o no, es un ejercicio útil a tener en cuenta.
He aquí otras formas de abordar los temas pendientes cuando nos encontramos con la persona adecuada en el momento equivocado:
1.- Quédate con los buenos recuerdos, no tienes por qué olvidarlos.
Como cualquier gran experiencia, las buenas relaciones a veces son efímeras y el hecho de que no sean para siempre no significa que hayan sido menos significativas. A veces, tener que dejar marchar a alguien hace que el tiempo que pasaste con esa persona sea aún más significativo, sobre todo porque duró muy poco. Utiliza tu tiempo para reflexionar sobre los buenos momentos en lugar de pensar en los negativos y en el hecho de que tuvieron que terminar.
2.- No des la espalda a tus ideales, mantente fiel a lo que quieres.
Cuando conoces a la persona que crees que puede ser la adecuada en el momento equivocado, es tentador cambiarte a ti mismo y a tus objetivos para encajar en los criterios que crees que preservarán la relación. Te estás preparando para fracasar y, con el tiempo, tu verdadero yo y tus verdaderas necesidades volverán a emerger y no habrás hecho nada más que malgastar tu tiempo y el de la otra persona. Lo mejor que puedes hacer por ti es ser fiel a ti mismo, a tus deseos, a tus objetivos y al momento de tu vida en el que te encuentras. A pesar de lo que creas que te estás perdiendo, si te mantienes auténtico, no puedes equivocarte.
3.- Siente la amargura, esto te ayudará a recuperarte más rápido.
Está bien estar triste, enfadado, resentido, confuso, incluso amargado. Todos los sentimientos son válidos y negarlos sólo los intensifica. La vida se compone de altibajos y la idea de que siempre será un camino de rosas es falsa y está fabricada por los ideales que nos transmite la cultura popular. Cuando nos sentimos más vivos y conectamos profundamente con nuestra humanidad es cuando experimentamos pérdidas, que por cierto son inevitables. La condición humana es saber y sentir y, por tanto, sufrir. Queremos protegernos de este dolor y decepción y tomar las mejores decisiones posibles para evitar un daño innecesario, pero a veces no todo está bajo nuestro control y sólo obtenemos esta información y las herramientas para tomar mejores decisiones a través de la amarga experiencia. Acéptalo.
4.- Ten la determinación de alejarte de lo que no te sirve.
Estar dispuesto y decidido a renunciar a algo que realmente queremos pero que no podemos tener requiere fortaleza de carácter y madurez emocional. A menos que seas un niño pequeño, tienes que comprender que no puedes tener todo lo que quieres en la vida. ¿Dónde está el reto en eso? Es simplemente contraproducente y, de hecho, destructivo intentar forzar una situación o una relación cuando no está funcionando.
Conocer a la persona adecuada en el momento equivocado es una oportunidad para aprender estas lecciones de la vida y, con el tiempo, la mayoría de la gente tiende a mirar atrás con retrospectiva y es capaz de apreciar las razones por las que las cosas evolucionaron de la manera en que lo hicieron. Podemos mirar atrás y ver que, aunque las cosas no salieron como queríamos en ese momento, a la larga fueron mejores para nosotros.