Se calcula que una persona media pasa 90.000 horas de su vida trabajando. Se mire como se mire, eso significa que todos tenemos un mal día en el trabajo de vez en cuando.
Entre los plazos ajustados, los clientes exigentes y las personalidades conflictivas en el trabajo, no faltan los problemas potenciales que empañan nuestro día. Pero la forma en que elegimos afrontar esos inevitables días malos puede definir nuestra productividad, éxito y satisfacción en el trabajo.
De hecho, los estudios demuestran que cuando uno es positivo, es un 31% más productivo, tiene un 40% más de probabilidades de recibir un ascenso, sufre un 23% menos de efectos relacionados con la salud a causa del estrés y sus índices de creatividad se triplican.
Entonces, ¿cómo darle la vuelta a un mal día de trabajo y poder sacarles partido? Prueba estos cinco consejos.
1. Deja de hacer lo que estés haciendo y sal a pasear
Por muy estresado o presionado que te sientas, no resolverás el problema que te está dando el quebradero de cabeza del día con el lío que tienes en ese momento. Así que tómate aunque sea cinco minutos para “sacudir” las cosas cambiando de sitio y moviendo el cuerpo. Esto te ayudará a superar un mal día en el trabajo.
Cuando te alejas de la presión del momento y te estás en un nuevo entorno, a menudo se crea el espacio psicológico suficiente para obtener una nueva perspectiva de la situación. Además, el ejercicio aumenta la producción cerebral del neurotransmisor dopamina, que nos ayuda a sentirnos motivados y felices y puede cambiar nuestro estado de ánimo por completo.
2. Averigua qué es lo que realmente te molesta
El problema de los días malos es que puedes tener la sensación de que todo va mal y, por lo tanto, es imposible tomar medidas concretas para mejorarlo. Así que, en lugar de quedarte atrapado en ese espiral emocional, ve directo a la raíz del problema: ¿Qué es lo que realmente te molesta?
¿Estás disgustado por algo en casa que se está trasladando a tu vida laboral? ¿Estás molesto con un compañero o un cliente? ¿Está frustrado con su trabajo? ¿Está ansioso por cumplir un plazo?
Responder a estas preguntas le permitirá dar la vuelta a un mal día en el trabajo. Cuando puedes desenredar la maraña emocional y determinar con exactitud cuál es el problema subyacente más acuciante, te ves capacitado para tomar medidas claras y específicas sobre ese problema.
Merece la pena tomarse unos minutos para hacer una pausa y pensar de forma crítica o escribir en un diario sobre lo que te está afectando para poder resolverlo de una vez por todas.
3. Pon las cosas en perspectiva
Los días malos van y vienen, pero si sigues en tu trabajo, debe haber una razón. Vuelve a conectar con el porqué más profundo.
¿Te gusta ayudar a tus clientes? ¿Necesitas tener ingresos para mantener a tu familia? ¿Puedes identificar algún lugar en el que hayas mejorado la vida de alguien gracias a tu trabajo?
La verdad es que, por mucho que nos guste nuestro trabajo, siempre habrá aspectos menos glamurosos y, francamente, días malos. Pero es mucho más fácil superar esos contratiempos periódicos cuando podemos relativizarlos y recordar el motivo principal por el que hacemos este trabajo.
4. Háblalo y busca apoyo
Lo único peor que un mal día es sentir que estás solo en la miseria. Para salir de ella, tienes que buscar apoyo.
Si es apropiado, habla de tu situación con tus compañeros. Si no, envía un mensaje de texto o llama a un amigo o ser querido para desahogarte. Es útil expresar tus sentimientos en voz alta y obtener una perspectiva externa. El truco, sin embargo, es asegurarse de no caer en la trampa de la conmiseración y enfadarse más.
Para que sea una sesión de desahogo saludable, céntrate en tus sentimientos (y no en lo que te han hecho los demás) y en las medidas que puedes tomar en el futuro. Y ese apoyo no tiene por qué limitarse al mal día. Si se trata de un problema de larga duración, puede ser muy valioso obtener el apoyo de un profesional de la salud mental o, en su caso, de recursos humanos en el trabajo para evitar más días malos.
5. Escucha música de fondo
La música tiene un profundo impacto en nuestro estado emocional. La música animada puede hacernos más felices, la música triste puede entristecernos más y todo lo demás. De hecho, los estudios revelan que la música animada puede evocarte recuerdos felices, lo que puede sacarte de ese mal día y llevarte de vuelta a esos momentos.
Así que, si te sientes un poco deprimido en el trabajo, pon tu música favorita para cambiar rápidamente tu estado de ánimo y salir de él.
Sin embargo, hay una advertencia. Si quieres pensar de forma crítica, es mejor que te quedes con música con la que ya estés familiarizado o con música sin letra, para que no te atrape demasiado. Pero si haces un trabajo repetitivo, como introducir datos, cualquier música puede hacerte más eficiente.
Así que, la próxima vez que te sientas un poco deprimido por el trabajo, tómate un momento para darle caña a la música.
Lo esencial
Con toda la cantidad de horas que pasamos trabajando, los días malos son inevitables. Ni siquiera el más preparado de nosotros puede prevenir todos los retos a los que nos enfrentaremos. Por eso, necesitamos herramientas que nos saquen del pozo y nos devuelva a al bienestar, la satisfacción y la productividad.
Con unos cuantos «consejos de primeros auxilios» para los días malos, podemos hacer frente a todo lo que nos depare la jornada laboral.