Muchos de nosotros vivimos en la negación.
Intentamos escuchar las opiniones de los demás y nos preocupamos por lo que piensan los demás de nosotros. Nos deleitamos intentando adaptar nuestra vida a las expectativas de los demás. Pero, ¿hasta dónde puede llegar esto? ¿conseguimos realmente algo con eso? Es posible que necesites empezar a enfrentarte a las duras verdades de lo que te hace un ser único e interesante, en lugar de dejar que los pensamientos y opiniones de los demás moldeen tus puntos de vista.
Es hora de vivir la vida que estás destinado a vivir: una vida increíble. Para ello tienes que empezar a ignorar estas mentiras:
“Soy demasiado mayor para eso”
La gente tiende a asociar los logros con una determinada edad. Es cierto que hay que tener una edad determinada para obtener un título, tener hijos o emprender algunas empresas muy concretas. Esto, combinado con los estereotipos relacionados con la edad, hace que sea fácil pensar que no eres la persona adecuada para el trabajo que quieres o que arriesgarte te haría parecer tonto.
Hablando en serio: no hay que dejarse llevar por el miedo a tener una edad determinada para triunfar en la vida. Cada persona tiene su propia línea de tiempo, y nunca se es demasiado mayor o demasiado joven para lograr lo que realmente se quiere hacer en la vida. Por ejemplo, Nelson Mandela se convirtió en Presidente de Sudáfrica a los 76 años. El Coronel Sanders fundó KFC con 61 años. La edad no tiene por qué ser un obstáculo.
“Si tuviera [….] sería feliz”.
Parece que para mucha gente ser feliz siempre está ligado a adquirir ciertas posesiones y objetos. Sin embargo, no importa cuántas cosas consigas, tener algo siempre te empujará a querer otra cosa.
Hablando claro: apreciar las cosas tal y como son te llevará a la satisfacción y la felicidad. En lugar de quejarte o lamentarte por los problemas de tu vida, ¿por qué no empiezas a dar las gracias por todos los problemas que no tienes? Estar consumido por el deseo de tener esto o aquello podría cegarte a la hora de apreciar las cosas de valor que ya tienes. Un vacío interior nunca se puede llenar con cosas materiales. Aprende a ser agradecido y encontrarás la felicidad.
“Los demás están mejor que yo”
Piensas que tus amigos con los que fuiste al colegio y la gente con la que creciste tienen vidas plenas y emocionantes… y tú no. Debe de haber algo malo en ti por no ser como ellos, ¿verdad?
La verdad es que nadie lo tiene mejor que tú. Si no tienes tanto éxito como los demás en términos de riqueza o situación financiera, no significa que no hayas sobresalido a tu manera en la vida. Todo el mundo tiene una identidad diferente y aceptar quién eres te mostrará que no tienes que percibir a los demás como mejores que tú.
Tienes que ser como los demás para ser feliz
Tienes que seguir el mismo camino que los demás para ser feliz. Tienes que ir a al colegio, tener un título, conseguir un trabajo, casarte y tener hijos para ser la persona que la sociedad espera que seas. Este es el pensamiento convencional, pero ¿Qué pasa con tu propia validación interior?
El éxito es lo contrario del fracaso
La gente suele pensar que si has fracasado en una empresa o un proyecto, no se te puede considerar realmente exitoso. Quieren que trates de concentrar tus energías en no ser un fracasado, convenciéndote de que ir sobre seguro en la vida es lo que trae el éxito.
Hablando en serio: el fracaso no es lo contrario del éxito, sino una parte integral del éxito. Las personas que han triunfado han fracasado varias veces antes de convertirse en el éxito que son hoy. O aprendes del fracaso y sigues adelante, o dejas que te consuma de forma destructiva.
Hablando en serio: tu felicidad no depende de encajar en lo que se considera “normal” hoy en día. No tienes que ser como los demás, hacer lo que ellos hacen o seguir el mismo camino para llegar a un destino. Tienes que ser tú mismo. Tienes que identificar tu propia singularidad.
Además, no todo es siempre lo que parece: la vida puede enseñarte caminos inesperados.