8 Obstáculos Comunes que Impiden Perder Peso

Es normal que cualquiera que se encuentre en esta situación se pregunte: «¿Por qué no consigo adelgazar? ¿Por qué me cuesta ponerme en forma?».

Puede que incluso quieras rendirte, ¡pero no lo hagas!

Vamos a ayudarte a averiguar por qué estás luchando por ponerte en forma y daremos algunas soluciones realistas.

En primer lugar, es importante destacar que ser delgado no convierte automáticamente a alguien en una persona sana o en forma. De hecho, eso está muy lejos de la verdad, ya que un cuerpo de constitución delgada no garantiza ni lo uno ni lo otro.

Sin embargo, es un hecho reconocido que existen más riesgos para la salud asociados a la obesidad. Teniendo esto en cuenta, perder de 3 a 5 kilos podría mejorar tu estado de salud y tu forma física general. Por ejemplo, el exceso de grasa puede causar inflamación y corres el riesgo de dañar tus articulaciones y tejidos. Al perder peso y mantenerlo, disminuirás las posibilidades de padecer enfermedades como la artritis, inflamación y daños en las articulaciones.

Ahora que hemos hablado de la importancia de perder peso, pasemos a la parte interesante: 8 posibles razones por las que no estás perdiendo peso.

1. ¿Empiezas el día desayunando?

Esto es lo que pasa con las dietas. El desayuno es la comida más importante del día y si no estás comiendo la comida más importante del día, probablemente te estás haciendo un flaco favor.

Puede que pienses que saltarse el desayuno te ayudará a perder esos kilos. Sin embargo, a mediodía, te encontrarás desfallecido, lo que te hará comer más durante el almuerzo. Los estudios han demostrado que saltarse el desayuno está relacionado con la obesidad.

La primera comida del día debe hacerse una hora después de levantarse. Come algo rico en fibra y proteínas para aguantar hasta el almuerzo. Toma fruta, una tostada con aceite o unos huevos junto con un poco de yogur griego.

2. ¿Influye tu metabolismo en tu forma física?

La rapidez con la que quemes calorías dependerá de tu metabolismo. Si tu metabolismo es lento, quizás sea la razón por la que no estás perdiendo peso tan rápido como te gustaría.

Hay muchos factores que afectan a tu metabolismo, por ejemplo el envejecimiento o lo activo que sea tu estilo de vida. Si ya no eres tan activo como antes, puede que tu masa muscular disminuya. Como resultado, tu metabolismo se ralentiza.

Si quieres acelerar tu ritmo metabólico, levanta pesas y aléjate de las dietas hipocalóricas.

3. ¿Puede la genética afectar a tu forma física?

Sí, es posible que hayas heredado el metabolismo lento de tus padres o incluso de tus abuelos. No puedes controlar este tipo de herencia.

Desafortunadamente, con un metabolismo más lento, tendrás que trabajar más duro que aquellos con un metabolismo rápido para perder peso.

4. ¿El sexo reduce las posibilidades de perder peso?

Parece una tontería, ¿verdad? Pues no lo es. Es una gran pregunta y la respuesta es complicada.

Según un estudio, parece que a los hombres les resulta mucho más fácil perder peso que a las mujeres. Por otro lado, cuando las mujeres pierden peso, lo mantienen durante más tiempo que los hombres. Las grandes diferencias radican en dónde y cómo pierden peso los hombres y las mujeres.

Los hombres adelgazan primero en la zona abdominal. Las mujeres, no tanto. El estómago y las caderas son las zonas del cuerpo más difíciles de adelgazar y de entrenar para las mujeres. Por lo tanto, si eres una mujer que quiere perder peso en el estómago, ponte fajas de cintura, realmente ayudan.

Recuerda, para adelgazar no todo son fajas reductoras, la mejor forma de perder peso junto con el uso de prendas moldeadoras y el ejercicio es crear un déficit calórico.

5. ¿Comes antes de acostarte?

Tomar un tentempié demasiado cerca de la hora de acostarse es pegarse un tiro en el pie. Si comes antes de acostarte, podría ser la razón por la que no bajas esos kilos y no te pones en forma. Al comer antes de acostarte, estás dificultando la quema de grasas.

Un estudio realizado por investigadores del Hospital Brigham and Women’s y de la Facultad de Medicina de Harvard, en EE.UU., y de la Universidad de Murcia, en España, concluyó que consumir alimentos durante la noche circadiana desempeña un papel importante en la composición corporal.

Intenta cenar unas dos o tres horas antes de acostarte. Cualquier otra cosa aumentará tus niveles de azúcar e insulina en sangre y tu temperatura.

Picar algo después de cenar también aumentará la ingesta calórica, dependiendo del tentempié que elijas. Si te entra el gusanillo, elije bien ese picoteo.

6. ¿Puede el estrés afectar a tu forma física?

Algunas personas se estresan y comen, pero aquí está el quid de la cuestión. Buscan alimentos reconfortantes y, la mayoría de las veces, son comida basura como helados y pasteles de chocolate.

En cambio, si comes por estrés, haz un esfuerzo consciente para reducir tus niveles de estrés tomando una ruta alternativa y en lugar de comer por estrés, reduce el estrés haciendo ejercicio o meditando.

El estrés desempeña un papel vital en nuestra salud y forma física; en caso necesario, busca la ayuda médica adecuada.

7. ¿Y si tienes problemas para dormir?

A veces, cuando te preocupas o padeces ciertas enfermedades, puedes tener problemas para conciliar el sueño o permanecer dormido. Esto puede afectar también a la tasa metabólica y a tus niveles de energía.

Cuando no tienes suficiente energía, entrenar se hace muy cuesta arriba. Esta podría ser otra razón por la que no puedes perder peso.

¿Sabías que las personas que no descansan lo suficiente consumen unas 300 calorías o más al día frente a las que duermen lo suficiente?

Por ejemplo: Después de llegar a casa tras un duro día de trabajo, a nadie le apetece cocinar. Es más fácil pasar por el primer restaurante de comida rápida y comer una hamburguesa que tiene unas 1.200 calorías. E incluso comerte una chocolatina de 300 calorías de postre.

Si comes fuera a menudo, ¿podría ser otra de las razones por las que te cuesta dormir bien? La comida rápida suele contener muchas calorías ocultas, lo que dificulta que el cuerpo las queme durante la noche.

8. ¿Podría tu tiroides estar contribuyendo a que no te pongas en forma?

Una tiroides poco activa puede influir en tu capacidad para perder peso. Esta condición se conoce como «hipotiroidismo», que no debe confundirse con el hipertiroidismo (una tiroides hiperactiva). Me explico.

Una tiroides hiperactiva afecta a la capacidad de ganar peso, no de perderlo.

Con el hipotiroidismo, tu cuerpo retiene agua y acumula sal. Debido a esto, ganas kilos, lo que hace difícil perderlos. Esta afección, junto con otras sustancias químicas del organismo, afecta a tus niveles de energía y a tu metabolismo.

Si sospechas que éste es el motivo por el que te cuesta ponerte en forma, habla con un médico al respecto. El médico sabrá exactamente qué hacer.

Resumiendo

Hay muchos factores que influyen en el aumento o la pérdida de peso. Recuerda que no todo es lo que comes. Aunque la dieta es vital en el proceso de perder peso y ponerse en forma, no es el único factor a tener en cuenta a la hora de adelgazar. Se necesita un programa bien equilibrado que se base en dieta y ejercicio. Por lo tanto, realizar ejercicio con regularidad, como levantar pesas varias veces a la semana, te ayudará a alcanzar sus objetivos más rápidamente.

Utiliza estos útiles consejos para perder peso, ponerte en forma y conseguir el cuerpo de sus sueños.

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