Propiedades e indicaciones terapéuticas: echinácea, eleuterococo, eucalipto, fasolina, fresno, fucus…
- Echinácea (Echinacea purpurea (L) Moench.)
Originaria de América del Norte, ha sido objeto de multitud de estudios. Su gran interés se debe a sus propiedades antivíricas y a su capacidad de estimular la inmunidad. Por ello, se recomienda en la prevención (en pacientes de riesgo) o tratamiento de los procesos infecciosos del aparato respiratorio (fundamentalmente catarros y gripes). No olvidemos que la gripe es la enfermedad que ocasiona mayor número de absentismos laborales en las empresas españolas. Gracias a su contenido en polifenoles (1,5 %), ésteres del ácido tártrico, heterósidos, compuestos alifáticos de larga cadena de polisacáridos, la echinácea estimula la inmunidad y hace al organismo más resistente frente a los procesos infecciosos típicos de la temporada invernal.
Indicaciones terapéuticas:
- Prevención y tratamiento de catarros, gripe y otros procesos infecciosos del aparato respiratorio.
- Eleuterococo (Eleutherococcus senticosus Maxim.)
El eleuterococo, planta de la misma familia que el ginseng, nos viene de las estepas de Siberia. Su importancia en fitoterapia ha aumentado despues de las primeras experiencias efectuadas en la Unión Soviética con los deportistas de alto nivel. A esta experiencia le han sucedido otras, por ejemplo la de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, durante los cuales varios equipos de atletismo tomaros eleuterococo. El efecto “antifatiga” de la planta no es sólo físico, sino que además puede aumentar sensiblemente las capacidade intelectuales. El eleuterococo contiene numerosos heterósidos y actúa por estimulación del sistema nervioso central y de las glándulas endocrinas. El eleuterococo además, actúa sobre el organismo favoreciendo su adaptación a las diferentes situaciones en las que puede encontrarse. Por ello, los cosmonáutas rusos lo utilizan para facilitar su adaptación al espacio.
Indicaciones terapéuticas:
- Preparación de exámenes y pruebas deportivas.
- Convalecencia, estrés, fatiga, astenia.
- Espino albar (Crataegus oxyacantha L.): eliminar las palpitaciones.
El espino albar es un pequeño árbol espinoso de abundantes hojas. La historia terapéutica del espino albar es bastante reciente, ya que hubo que esperar a que varios médicos americanos descubrieran sus propiedades a finales del siglo pasado. Desde entonces, pasó a ser una de las plantas medicinales de nuestra flora. El espino albar es por excelencia “la planta del corazón”. Regula y normaliza el ritmo cardiaco, mejora la circulación coronaria y la nutrición del corazón. Es cardiotónico, antiespasmódico, calma las palpitaciones, disminuye el estrés y facilita el sueño. Además, el espino albar tiene una acción dilatadora sobre las coronarias. Todas estas propiedades se deben a la sinergia de los flavonoides, lo ésteres y los triterpenos presentes en la planta.
Indicaciones terapéuticas:
- Nerviosismo, ansiedad e insomnio.
- Trastornos del ritmo cardiaco: palpitaciones.
- Eucalipto (Eucalyptus globulus L.): el bálsamo de las vías respiratorias.
El eucalipto es originario de Australia. Se introdujo en Europa a finales del siglo pasado con el fin de sanear las regiones pantanosas. En medicina, sólo se utilizan las hojas de la especie “glóbulus” por sus propiedades antisépticas sobre las vías respiratorias. Éstas deben su actividad a la gran riqueza de su aceite esencial en eucaliptol. Las propiedades “antibacterias” y “antihongos” del aceite esencial del eucalipto han sido demostradas científicamente, así como sus propiedades antivíricas, especialmente contra la gripe. Otra propiedad interesante de las hojas del eucalipto es su efecto hipoglucemiante, por lo que pueden utilizarse como coadyuvante en el tratamiento antidiabético. Puesto que el aceite esencial es extremadamente volátil, es necesario utilizar el polvo total criomolido para conservar la totalidad de sus componentes.
Indicaciones terapéuticas:
- Afecciones del aparato respiratorio: bronquitis, sinusitis, traqueitis, constipados.
- Fasolina (Phaseolus vulgaris L.): diabetes y exceso de peso.
Es originaria de Méjico y de América central. Fueron los conquistadores españoles quienes la trajeron a Europa, donde no comenzó a aclimatarse hasta el siglo XVI. Además de ejercer un importante efecto diurético, se ha descubierto que posee propiedades antidiabéticas. Esta acción se explica por su gran continido en flavonoides y fibras (celulosa y polisacáridos) que ralentizan la absorción de los glúcidos y regulan la secreción de insulina. Es bién sabido que la insulina es la hormona responsable del almacenamiento de las grasas en nuestras células adiposas y, por consiguiente, del aumento de peso. Partiendo de estos hechos, se han realizado ensayos clínicos que demuestran que la vaina de judía es un arma muy eficaz en el tratamiento de la obesidad.
Indicaciones terapéuticas:
- Diurético.
- Coadyuvante en regímenes de control de peso.
- Coadyuvante en el control de la absorción de la glucosa (diabetes).
- Fenogreco (Trigonella foenum graecum L.): para ganar peso.
El fenogreco es una planta de la familia del trébol. Su peculiar aroma hace que esté presente en la gastronomía china e india como condimento. Sus semillas son ricas en proteinas (30%), sapogeninas y lípidos que estimulan el apetito en caso de anorexia. También se revelan muy efectivas en caso de adelgazamiento debido a problemas metabólicos. Esto se debe a que regulan las secreciones pancreáticas, sobre todo la de la insulina, a menudo desequilibrada en casos de pérdida de peso involuntaria. Gracias a esta propiedad se utiliza en el tratamiento de diabetes ligera. En caso de adelgazamiento, ya sea por problemas metabólicos o nerviosos, el fenogreco ayuda edicazmente a ganar peso. Además, ayuda a aumentar la masa y el volumen de los músculos (efecto body-building).
Indicaciones terapéuticas:
- Facilita la ganancia de peso (anorexia).
- Coadyuvante en hiperglucemias o diabetes ligera.
- Facilita el desarrollo de los músculos: body-building.
- Frángula (Rhamnus frangula L.): el laxante natural.
Las virtudes terapéutias de la frángula son conocidas desde el siglo XVI, momento en el que se descubrieron sus propiedades colagogas, es decir, su propiedad de facilitar la secreción de la bilis. Según la dósis, la frángula puede usarse como laxante o purgante. Su corteza, una vez recolectada y desecada, debe ser conservada durante al menos un año para que desaparezcan las antronas libres, presentes en la planta fresca y que causan irritaciones. Una vez desaparecidas estas sustancias, se utiliza la corteza seca cuyos principios activos, las glucofrangulinas, hacen aumentar la hidratación de las heces y estimulan el peristaltismo intestinal. A las dósis aconsejadas, la corteza de frángula es un laxante estimulante que no provoca irritación ni intolerancia. No debe ser administrada a niños y el tratamiento en adultos, no debe exceder los diez días. No facilita la reeducación del tránsito intestinal. Por ello, solo debe utilizarse para tratar el estreñimiento ocasional. Una vez eliminado el tapón intestinal, conviene elegir plantas efectivas en el estreñimiento crónico (ej. Mucivital).
Indicaciones terapéuticas:
- Tratamiento del estreñimiento.
- Fresno (Fraxinus excelsior L.): contra la gota.
En Europa existen numerosas especies de fresno. Sin embargo, la variedad utilizada por sus virtudes medicinales es la llamada “fresno elevado”. El empirismo popular, transmitido por numerosos médicos, ha resaltado sus propiedades antiinflamatorias, antireumáticas, antiartríticas y diuréticas. Gracias a estas propiedades, las hojas del fresno son utilizadas eficazmente en los reumatismos gotosos, artritis y gota. La actividad diurética se debe a su contenido en manitol y sales de potasio. La presencia de mucílagos le proporciona una acción laxante muy suave. El reciente descubrimiento de la química del fresno he confirmado que sus principios activos (compuestos polifenólicos, ácido ursólico, esteroides) poseen los efectos terapéuticos atribuidos por la tradición.
Indicaciones terapéuticas:
- Gota, dolores articulares.
- Artrosis, artritis.
- Tendinitis y esguinces.
- Retención de agua, edema: facilita la pérdida de peso.
- Fucus (Fucus vesiculosus L.): frenar el apetito.
El fucus representa un verdadero cóctel de elementos vitales: oligoelementos, minerales (cobre, zinc, selenio, hierro, manganeso, yodo…) y vitaminas, principalmente ácido fólico, vitamina C y vitaminas del grupo B (B1, B2, B6, B12) que favorecen el metabolismo de nutrientes, en particular de los azúcares. De ahí, su interés alimenticio y su papel en la estimulación de los intercambios celulares y la eliminación de los residuos. Sus mucílagos no asimilables se hinchan en el estómago frenando el apetito e impidiendo, en parte, la absorción de nutrientes en el intestino. Por ello, está recomendado en los regímenes de control de peso. Ayuda a disminuir el peso, aportando al mismo tiempo todos los elementos indispensables para el equilibrio del organismo.
Indicaciones terapéuticas:
- Dietas de control de peso (los mucílagos provocan una disminución del apetito y un efecto laxante).
- Estados de fatiga y astenia por su aporte en oligoelementos.
- Fumaria (Fumaria officinalis): la planta reguladora del hígado.
La fumaria es una planta herbácea anual que posee propiedades muy interesantes para el hígado. La fama de la fumaria es muy antigua. El mismo Galeno (médico griego más importante de la antigüedad después de Hipócrates) la recomendaba para tratar las obstrucciones del hígado y las afecciones hepáticas en general. También se la conoce como “hierba de la ictericia”, lo que indica su empleo tradicional para esa indicación. La fumaria es anfocolerética: asegura un buen funcinamiento de la vesícula, actuando sobre la formación de la bilis y su evacuación. Presenta una acción favorable sobre los cálculos biliares y una interesante actividad espasmolítica en los problemas de digestión. También mejora los síntomas asociados a las disfunciones hepáticas (cansancio, falta de apetito, jaquecas, nauseas, vómitos).
Indicaciones terapéuticas:
- Trastornos hepatobiliares (ictericia).
- Digestión difícil.
- Migrañas digestivas