¿Cómo protegernos de los Rayos UVA y UVB?
Coco Chanel, la gran dama de la costura, puso de moda el bronceado en los años 20 y aportó un toque de distinción con el vestuario de playa. Casi al mismo tiempo se comercializó el primer bronceador, que protegía la piel de los rayos ultravioleta del sol a base de cáscara verde de nuez. Desde entonces, los bronceadores constituyen un arma esencial en la lucha contra el cáncer de piel.
Las pieles claras, casi pálidas, fueron el ideal de belleza en épocas pasadas, cuando los rostros curtidos por el sol eran un estigma de las clases sociales bajas, que trabajaban al aire libre. Pero con la llegada del siglo XX y los locos años 20, el bronceado pasó a ser un signo de distinción de la clase burguesa, que disponía de tiempo de ocio para broncearse.
Desde entonces, el moreno ha sido interpretado como síntoma de buena salud y belleza. Sin embargo, con la progresiva destrucción de la capa de ozono, que aumenta la virulencia con la que los rayos ultravioleta (UV) del sol actúan sobre la piel, el mensaje ha cambiado: los dermatólogos insisten en que el moreno es el resultado del daño que sufre la piel, cuando es atacada por los UV y ésta se protege produciendo más pigmentación o melanina.
El Instituto Nacional del Cáncer de EEUU ya lo advierte: el 90% de los cánceres de piel, los más comunes en Norteamérica, se producen en personas que se exponen al sol con asiduidad. En este sentido, el presidente de la Academia Americana de Dermatología, Darrell S. Rigel, afirma que “los bronceadores constituyen un arma esencial en la lucha contra el cáncer de piel”.
Un estudio realizado por la British Columbia Cancer Agency y la British Columbia University entre 458 niños de piel clara, publicado en la prestigiosa revista médica JAMA, concluía que el uso de alta protección solar en este grupo hacía decrecer la aparición de nuevos lunares en un periodo de tres años y, por tanto, reducía el riesgo de cáncer de piel.
Un paraguas frente al sol
Con estos datos como aval, los bronceadores deben caber siempre en nuestra bolsa de la playa. Estos productos actúan como paraguas frente al sol, ya que protegen la piel, al absorber, reflejar y diseminar las radiaciones ultravioleta. Los UV son rayos invisibles que penetran en la piel y pueden causar quemaduras a corto plazo y alteraciones cutáneas a largo plazo, en mayor medida cuando se ha estado expuesto al sol sin la debida protección.
Los rayos UV son más intensos en verano, a altitudes más altas y más próximas al Ecuador. Sus efectos dañinos se incrementan con el viento y el reflejo del agua, la arena y la nieve. Incluso en los días nublados, la radiación UV alcanza la Tierra.
Hay tres tipos de rayos UV: UVA, UVB y UVC.
Los rayos UVA (de longitud de onda larga) son los responsables de la pigmentación inmediata de la piel y del bronceado de retardo. Penetran lentamente en las capas más profundas de la piel, y causan cambios en la vasculatura sanguínea, manchas, envejecimiento cutáneo -al destruir el colágeno que aporta elasticidad a la piel- y lesiones precancerosas (queratosis actínicas), aunque se han considerado a menudo inofensivos.
La radiación UVB (de longitud de onda media) posee mayor energía pero penetra poco en la piel. Sus efectos son acumulativos -a largo plazo- y son responsables de las quemaduras, del incremento del grosor de la piel y del cáncer de piel.
Y los ultravioletas cortos, o UVC, son los más agresivos, pero no llegan a traspasar la capa de ozono estratosférica porque son absorbidos por la atmósfera y retenidos allí.
La mayoría de los bronceadores bloquean la radiación ultravioleta B (UVB) y permiten el paso de los rayos UVA para conseguir la pigmentación de la piel. Sólo en el caso de los bronceadores que actúan como pantallas solares -protección total- se bloquea el efecto de ambas radiaciones, para proteger a aquellas personas que por las características de su piel, por la exacerbación de procesos alérgicos en contacto con el sol o por estar medicándose, deben protegerse totalmente del sol.
Traducción de las etiquetas de los bronceadores
Normalmente los bronceadores están clasificados por la escala SPF (siglas en inglés de Factor de Protección Solar). Los números SPF que aparecen en las etiquetas de los bronceadores informan de la capacidad de los productos para bloquear los rayos de sol UVB y evitar las quemaduras. Por tanto, a mayor valor SPF, mayor protección contra las radiaciones solares dañinas.
Algunos bronceadores incluyen también información sobre su protección frente a los rayos UVA pero, por el momento, no existe un método estandarizado y aprobado internacionalmente para medir esta acción.
El método SPF se ha regulado mediante ensayos en vivo y está reconocido por la Food and Drug Administration (FDA) de los EEUU, agencia encargada de la evaluación de fármacos y alimentos, y por The European Cosmetic Toiletry and Perfumery Association (COLIPA) de la Unión Europea.
Los Valores SPF pueden traducirse de la siguiente manera:
- Entre 2 y 5: protección baja
- Entre 6 y 11: protección media
- Entre 12 y 19: protección alta
- Entre 20 y 29: protección máxima
- A partir de 30: protección extrema
¿Cómo es tu tipo de piel?
La elección de un índice u otro de protección dependerá del tipo de piel (fototipo) de cada persona y de su índice de sensibilidad a la exposición al sol. Aquí te mostramos una tabla, para que puedas elegir el bronceador que necesita tu piel:
Fototipo 0 | Cabello blanco, ojos azules, sin pecas, bronceado nulo, piel albina y muy sensible. Las personas que poseen este fototipo deben evitar la exposición al sol. |
Fototipo I | Cabello pelirrojo, ojos verdes o azules, pecas muy numerosas, bronceado mínimo, piel muy clara y muy sensible. Los primeros días, protección extrema – SPF 30, y el resto de las vacaciones puedes pasar a protección máxima – SPF 25. |
Fototipo II | Cabello rubio, ojos claros, pecas numerosas, bronceado ligero, piel clara y sensible. Los primeros días, protección máxima – SPF 20, y después puedes bajar a protección alta – SPF 15. |
Fototipo III | Cabello rubio o castaño, ojos pardos, pocas pecas, bronceado claro, piel clara o mate de sensibilidad media. Los primeros días, protección alta – SPF 12, y el resto, protección media – SPF 10. |
Fototipo IV | Cabello castaño, ojos oscuros, sin pecas, bronceado intenso, piel mate de sensibilidad escasa. Los primeros días, protección media – SPF 8, y después puedes pasar a SPF 6. |
Fototipo V | Cabello castaño oscuro, ojos oscuros, sin pecas, bronceado muy oscuro, piel oscura y poco sensible. Los primeros días, protección media – SPF6, y el resto, protección baja – SPF 4. |
Fototipo VI | Cabello negro, ojos negros, sin pecas, bronceado negro, piel insensible. No es necesaria protección. |
En cualquier caso, los expertos recomiendan usar bronceadores con un índice de protección superior a 15. La Academia Americana deDermatología (AAD) advierte que factores menores no son eficaces en la protección. Sin embargo, estudios recientes concluyen que el 39% de la población española utiliza índices entre el 2 y el 6.
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