Esta es una de las más grandes ironías de la vida. Muchos de nosotros vivimos nuestras vidas haciendo cosas que realmente no queremos hacer y dejamos de lado aquellas cosas que son realmente importantes para nosotros, y sólo al final de nuestra vida, miramos atrás y admitimos que determinadas cosas las hubiésemos hecho de otra manera.
La mayoría de nosotros lamenta cosas como no haber pasado suficiente tiempo con la familia, trabajar demasiado o no haber disfrutado de más tiempo dedicado a pasarlo bien. Nos olvidamos de las cosas más importantes en la vida que a mi juicio son la familia, el amor, la salud y la felicidad.
Sin embargo, a pesar de que somos conscientes de esto, la mayoría de nosotros no somos capaces de darle menos importancia a los temas profesionales, la compra de más cosas, conducir mejores coches…No quiero caer en el error de dejarnos caer en la trampa de ser pobres de espíritu, lo que intento explicar es que hay un orden de preferencias que seguro nos llena más.
¿Qué nos ocurre habitualmente? Nos olvidamos de los sobrinos, de los cumpleaños de hermanos, de prestar más atención a nuestra pareja…
Nuestras metas se convierten en nuestra identidad y se nos olvida lo que era para relajarse y pasar un fin de semana con la familia, o charlar durante un buen rato por teléfono con nuestros padres o hermanos. Nos olvidamos de las invitaciones de amigos y de algunas reuniones familiares porque creemos que ya habrá otro momento mejor.
Con el fin de que esto no nos ocurra y para tenerlo presente en nuestro día a día, deberíamos recordar lo que es realmente importante para nosotros. Esta es una lista de los remordimientos más comunes que tiene la gente cuando echa un vistazo a su vida:
1.- No haber vivido la vida que hubiésemos querido realmente tener
Es decir, no seguir nuestro instinto y dedicarnos a aquello que nos llena. La mayoría de la gente no se arrepiente de no haber seguido una vida más fiel a sí mismo pero sí de sentirse obligado a cumplir las obligaciones que marca nuestra familia, sociedad, etc.
Desearían haber tenido más valor para hacer las cosas que querían, en lugar de las cosas que se sentían que debían hacer.
2.- Tener un trabajo que ni nos va ni nos viene en lugar de asumir el riesgo de hacer lo que nos apasiona
Está muy en relación con el punto anterior pero en concreto tiene que ver con el trabajo que elegimos o aquel al que estamos obligados a tener por como está el tema laboral ahora. Si la mayoría de nosotros trabajamos unas 40 horas a la semana, este es un tiempo que ocupa un enorme espacio en nuestra vida. Si pasamos la mayoría de nuestro tiempo haciendo algo que no nos gusta y que no cumplen con nuestras expectativas, nos estamos engañando con lo que podría haber sido tener una vida mucho más plena.
3.- Haber dedicado más tiempo a la familia
Todos sabemos que la familia debe ser lo más importante de nuestra vida, así que, ¿por qué muchos de nosotros sólo lo damos por sentado cuando ya es demasiado tarde? Debemos saber decir no a trabajar hasta tarde y sentarnos a cenar con nuestra familia. Si no estás agotado, llama a un hermano o a tus padres y pregúntales que tal ha ido el día. Haz planes con ellos. Lo que sea. Hazlo ahora en lugar de esperar hasta que un día llegue el día.
Dedícale más tiempo a tus padres porque te puede ocurrir que cuando menos te lo esperes fallezcan, y puedes tener el sentimiento de no haber disfrutado de ellos. Tenemos que enriquecernos de todo lo que nos aportan sus consejos y del cariño que nos dan.
4.- No expresar nuestros sentimientos
¿Por qué no hacerle ver a la gante que es realmente importante en tu vida lo que significan para ti? Quizás la otra persona no lo sepa y le des una gran alegría.
Por otro lado se me viene a la mente una reflexión de Gabriel García Márquez de cuando no nos atrevemos a dar el paso de conocer a una persona:
“Dile que sí, aunque te estés muriendo del miedo, aunque después te arrepientas, porque de todos modos te vas a arrepentir toda la vida si le contestas que no.”
5.- Perder el contacto con nuestros amigos de toda la vida
Como es natural cada uno hace su camino en la vida. Unos se casan antes que otros, otros tienen hijos y eso les cambia la vida, otros se van a vivir a otras ciudades y al final el día a día hace que nos olvidemos los unos de los otros. La gente se va separando.
Facebook tiene muchos detractores pero para mi es una herramienta que me ayuda a no perder el contacto sobre todo con aquellos amigos que no viven en España o que por circunstancias de la vida los tenía perdidos. Uso facebook y además me lo paso bien. Me ayuda a que una llamada no sea tan desconcertante cuando la otra persona la recibe.
6.- No haber viajado lo suficiente o no haber querido tener vacaciones
Las vacaciones son una necesidad. Nos hacen además ser más productivos, cargar baterías, desconectar y venir con energía renovada. Salir de la rutina nos aporta a la vuelta más ideas, más ganas.
Todos podemos ir a ese pueblecito encantador que se encuentra en nuestra provincia y es un viaje que se puede hacer en un mismo día. Y los que tienen suerte de que pueden salir al extranjero, no se puede dudar. Otras culturas y costumbres abren nuestras mentes y nos hacen descubrir cosas que nos asombran y que nos aportan vida.
7.- Trabajar demasiado y no disfrutar de nada
¿Te has ido de cañas últimamente con alguien? ¿Tienes la posibilidad de ir a la playa y no lo haces? ¿Has decidido ir a clase de algo que siempre quisiste aprender? ¿Te has reído últimamente? ¿Has ido de excursión al campo y has disfrutado de la naturaleza? Cada minuto en el que somos felices es lo que recordamos con cariño. Así que por qué no dejamos de calentar la silla en el trabajo y hacemos algo que nos dé la vida.
Recuerda: no esperes a tu jubilación para empezar a vivir.
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