La utilización por parte de los atletas de estos preparados de STH, les permite beneficiarse de tres aspectos importantes. La hormona somatropa (STH), posee una fuerte acción anabolizante, y permite una síntesis de proteínas muy importante, llevando a un aumento de tamaño de las células musculares, o hipertrofia, y un aumento en él numero de ellas o hiperplasia, en los músculos. La hiperplasia es una de las cosas más interesantes de la STH, ya que no se consigue con los esteroides. Por esta razón la STH esta considerada, como más anabolica. El segundo efecto de la hormona sintética STH, es el de su fuerte acción frente al consumo y eliminación de grasas. Transformando estas grasas en energía, permitiendo al atleta aumentar su consumo calórico, con un consumo mucho más consecuente de los tejidos grasos. El tercer efecto interesante para los atletas, reside en el poder de la STH, para reforzar el tejido conjuntivo, tendones, ligamentos, huesos y cartílagos, pudiendo explicar, solo de esta manera, el aumento de fuerza experimentado por los deportistas. Atletas fisicoculturistas y powerlifters, aseguran que la STH les protege de lesiones, cuando con un ciclo paralelo de esteroides, la fuerza muscular aumenta rápidamente.
Algunos piensan que todos estos efectos no son mas que fábulas, pero en estos casos, seguro que no han experimentado con la dosis correcta, o la han utilizado en periodos demasiado cortos. El problema reside, en que al ser un producto, realmente caro, no todos disponen de los medios necesarios, y algunas veces sus dosis y ciclos no son los correctos para ellos. Por otro lado, cuando se utiliza STH, las necesidades del organismo, aumentan; mas hormona tiroides, mas insulina, mas cortico-esteroides, mas gonadotrofina, estrogenos, y por supuesto andrógenos y anabolizantes. Con esto se explica, porque muchos que la han utilizado sola, no consiguen resultados como esperan. Lo ideal es combinarla con esteroides, hormona tiroides e insulina. Tengo que hacer de todas formas, una distinción, sabemos que la STH posee una acción principalmente anabolizante, existen tres hormonas que deben ser utilizadas al mismo tiempo, si es que se quiere tener máximos resultados anabólicos. Estas son; hormona STH, insulina, y una hormona tiroidea, (L-T3), como el Cynomel. Solo en este momento el hígado puede producir, liberar las somatomedinas, y los factores de crecimiento similares a la insulina. Esta acción se puede reforzar con la adicción de alguna sustancia anticatabolica, está claro, o utilizamos anabólicos androgenicos, o el Clembuterol. Demostrando con esto que para el uso de la STH, es necesario un efecto sinérgico. La mayoría de los atletas utiliza la STH en el periodo antes de una competición, es decir, en la fase que están siguiendo un régimen hipocalorico. El organismo reacciona, frente a este régimen, produciendo, menos insulina, y menos hormona tiroidea L-T3, y de esta forma, no se crea el terreno favorable, necesario, para que la STH funcione adecuadamente.
Hay que tener en cuenta, que el consumo de Clembuterol y de Efedrína, reducen la cantidad de insulina, y de hormona L-T3, que el organismo produce. Como se puede apreciar, todo esto es complicado, y desalentador para muchos, pero que le vamos a hacer la STH es así.
Además, la mayoría de atletas, utiliza la hormona directamente del mercado negro, es decir sin receta médica, por lo que también podríamos explicar por ese lado la ineficacia que algunos dicen tener con el uso de STH. Ha sido habitual, la venta de HCG, haciéndola pasar por STH. No debemos olvidar, la posibilidad que tienen algunos atletas, en casos muy escasos, que su organismo no presente ninguna reacción, frente al aporte exterior de STH, por alguna reacción de anticuerpos, difícil de explicar, pero que es factible que suceda.
Según, (P. Grunding / M. Bachmann, Steroides Anabolisants 1996) Charlie Francis, entrenador de Ben Johnson, explicó, como el ha hecho progresar a numerosos atletas olímpicos, en 1983, tomando hormona de crecimiento, además, Francis posee documentos que prueban sus declaraciones. Gary Strydom, en una conversación privada, decía, estar convencido, de que la totalidad de culturistas profesionales, utilizaban Protopina. Añade que, en los controles antidopaje, no se detecta su uso, por lo que, el mismo es generalizado entre los atletas. En “Anabolic Reference Update de Junio 1989 nº 11”, dice, “tenemos certeza que las atletas femeninas de alto nivel, que se presentan al Miss Olimpia, utilizan estos medicamentos, con el fin de aumentar su musculatura, perfectamente esculpida, ya que les permite, en parte, respetar su feminidad. En “Anabolic Reference Guide, 5ª edition, 1990, N.W. Phillips”. Dice: Son sobre todo, los culturistas, los que utilizan, la hormona de crecimiento, sabiendo, que la insulina, refuerza la acción de la STH. Según, (P. Grunding / M. Bachmann, Steroides Anabolisants 1996. P.110). Ben Johnson, en los test antidopaje, de los juegos Olímpicos de Seoul 1988, reconoció, delante del comité de investigación Canadiense, que había utilizado la hormona de crecimiento. Habría pagado US$ 10.000, por diez frascos de hormona de crecimiento. Su medico, el Doctor George Astaphan, sabía que Johnson, había igualmente realizado un programa basado en la HGH, realizado por sus amigos, Mark McKoy, Angella Issajenko y Desai Williams. La campeona, Juli Rochelean, que batió récords en Suiza, bajo el nombre de Baumann, se hacia con su hormona en el mismo mercado negro que utilizaban los culturistas de Montreal. Gail Devers, ganadora de los 100m. en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, tuvo, grandes problemas con su glándula tiroides, uno de los efectos secundarios, del uso de la HGH.
Podría seguir con multitud de declaraciones publicadas sobre su uso o quien la utiliza, pero resaltare solamente lo anterior expuesto, y cada uno que tenga sus propias conclusiones.
La dosis recomendada, por los fabricantes, para casos de raquitismo, es de 0,6ui, de media, y por kilo de peso corporal a la semana. Por esa regla, un atleta de 100kg, tendría que utilizar, 60ui, por semana, es decir, tres inyecciones intramusculares, de 20ui a la semana. También se puede aplicar subcutáneo, en este caso, diarias, de 8ui por día. Los atletas que utilizan STH, toman, por lo general de 4 a 8ui por día, preferentemente en inyección subcutánea.
La STH, tiene una media de vida de una hora. Por eso, es costumbre entre numerosos atletas, de repartir, su dosis cotidiana, en tres inyecciones subcutáneas de 2ui. Según parece, el uso en pequeñas dosis, es el método mas satisfactorio, por una razón simple: Cuando se inyecta STH, la concentración sérica, en la sangre, aumenta rápidamente, traduciéndose, en una acción rápida del producto. Como ya explique mas arriba, el hígado, es estimulado por la STH, para producir los factores de crecimiento, y las somatomedinas, los cuales se encargaran de producir sus efectos en el organismo. El hígado, como no puede producir, mas que una cantidad limitada de estas sustancias, con inyecciones continuadas, es más fácil hacerle fabricar, las sustancias de crecimiento, que si se le administra toda la dosis diaria de una sola vez. Múltiples dosis realizadas frecuentemente, en el mismo lugar, pueden ocasionar atrofia del tejido adiposo, por eso recomendamos no realizar las inyecciones en el mismo sitio. Hay que cambiar constantemente del lado del cuerpo, con el fin de evitar una lipotrofia, en el lugar de las inyecciones. El tiempo, nos ha demostrado, que la STH, funciona realmente, en función de las dosis utilizadas, por eso es mejor no recurrir a ella, si no se poseen los medios necesarios. Los intentos que no se realizan con todos los medios posibles, terminan, sin lugar a dudas en completo desastre.
La dosis más efectiva, se sitúa alrededor de las 4ui por día. Normalmente, la hipofisis, segrega de 0,5 a 1,5ui naturalmente por día. La duración del tratamiento más lógica es la que le permita la situación financiera del atleta. Por regla general, se viene utilizando por periodos largos, de seis semanas a varios meses. Una de las cosas interesantes de la STH, es que permite utilizar la misma dosis por periodos largos, sin problema de que su efecto descienda.
Debido a un aumento del numero de células, o hiperplasia, Dr. William N. Taylor, Anabolic Steroids and the atlete p. 75, los aumentos en fuerza y masa muscular se conservan después de un tratamiento con STH.
Los atletas en periodo de volumen, o fase de progresión, con STH, no necesitan un aporte exógeno de insulina, con la condición de que tengan una comida completa cada dos horas y media, es decir, seis o siete comidas por día, ayudando de esta forma al organismo a liberar su propia insulina, evitando una disminución brutal del nivel de glucemia. En esta misma fase, los atletas, no dudan en utilizar L-T3, pero lo ideal, es controlar por vuestro médico los niveles de hormonas tiroideas. El consumo simultaneo de esteroides anabolizantes, o el Clembuterol, es muy útil.
Durante la preparación, previa, a un campeonato, una gran cantidad de hormonas tiroideas, así como, una dosis reducida de insulina, asociadas a la STH, junto a los anabólicos y el Clembuterol, serán la combinación ideal, para conseguir la forma deseada. Conviene ser prudente, con la dosis de insulina, ya que la mala utilización de la misma lo único que conseguirá es convertir al atleta en una bola de grasa. Una gran cantidad de insulina, activa determinadas enzimas, que convierten la glucosa en glicerol, y a partir de ahí, en triglicéridos. Una cantidad baja de insulina, particularmente con una dieta estricta, reduce la acción anabolizante de la STH. La solución a este dilema, sería, la de consultar a un médico que controle, por una parte el nivel de glucemia, y de orina. Normalmente, se utiliza una inyección de insulina de liberación en 24h. y de una acción intermedia. Para esto, la insulina humana, como el Depot-H-Insulin de Hoechst. Parece dar inmejorables resultados. Las insulinas de una corta duración, es decir con una acción de menos de 8h, están muy poco utilizadas por los deportistas.
Los efectos secundarios de la STH, no tienen nada que ver, con los efectos que puede causar la toma regular de anabólicos androgenicos. Como es la reducción endogena de testosterona, acné, caída de cabello, agresividad, aumento del nivel de estrogenos, fenómenos de virilización en las mujeres, retención hidro-sódica, etc. Los principales efectos secundarios de la STH, se manifiestan con una marcada hipoglucemia (bajo nivel de glucosa en sangre), o hipoactividad de la glándula tiroides. Los casos escasos de formación de anticuerpos, no tiene prácticamente relevancia. Los casos tan dramáticos de agromegalia que se atribuyen al uso de la STH, hay examinarlos con prudencia. Si bien es cierto que en la pubertad el riesgo es mucho mayor, en el caso de atletas confirmados con una masa muscular y una trayectoria amplia de entrenamiento, la situación, y los casos actuales, no parecen traer las consecuencias con las que nos amenazan, en referencia a la agromegalia. Por otro lado, el riesgo de estos efectos secundarios esta latente, por lo que la prudencia sigue siendo la mejor de las armas. Los principales, y reales problemas de la STH, sobrevienen, cuando los atletas, deciden aumentar las dosis de insulina.
La Somatropina, se presenta bajo un polvo que debe ser mezclado, con una solución de una ampolla, justo antes de ser inyectado, o conservarse como máximo 24h en un refrigerador. Las dosis aún no mezcladas, deben conservarse también, refrigeradas, de la misma manera.