Ya no están ni Cristiano ni Messi, ni Mourinho ni Guardiola, ni Xavi ni Casillas, ni Iniesta ni Sergio Ramos. El clásico ha perdido a casi todos los guerreros de aquéllos Real Madrid-Barcelona.
Es lo que hay, que diría Piqué, El Barça no tiene a nadie que desequilibre, ni mimbres para pelear por casi nada. El Madrid, por su parte, está un escalón por encima de lo que sería una medianía pero no mucho más. Esa es la cruda realidad.